martes, 30 de diciembre de 2008

Centro de Formación Profesional Nº 402


Se fundó el 21 de Julio de 1993 y fue apadrinado por el Dr. Juan De Jesús (ex intendente del Partido de La Costa).
El Centro de Formación Profesional Nº 402, instalado y comprometido institucionalmente con la comunidad, sigue trabajando en la formación de ciudadanos, que tras recorrer sus aulas se convierten en profesionales calificados en diversos oficios, con una inmediata inserción laboral, contando con la certificación oficial de la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires.

Club Social y Deportivo


El Club Social y Deportivo Mar de Ajó fue fundado en el año 1944 y desde entonces cuenta con una gran cantidad de socios, hoy presidida por Adriano Yaboski y su comisión directiva, dan lugar a las siguientes disciplinas que forman a niños y adultos en el deporte: Gimnasia modeladora, Aeróbic, Yoga, Ajedrez, Bochas, Fútbol mayores, Vóley, Escuela de Fútbol, Patín artístico, Básquet, Kung fu, Taekwondo, entre otras.

viernes, 31 de octubre de 2008

Automovil Club Argentino


En el año 1936 la empresa Tierras y Balnearios entregó tres hectáreas sobre la calle Avellaneda entre Hipólito Irigoyen y San Juan, para la creación de un camping, con la finalidad de que los socios del A.C.A (Automóvil Club Argentino) tuvieran un lugar en donde acampar y en donde se les pudiera brindar un servicio mecánico solo en temporada alta.
Ya en 1990 se instaló una base de auxilio de remolques en la estación de servicios YPF, ubicada en Av. Libertador y Mitre, la cual duró poco tiempo.
En 1992 se colocó nuevamente una base de auxilio mecánico y un taller de la concesionaria Brunet, de Pinamar, la cual se instaló en la calle Av. San Martín, frente a las turbinas eléctricas. La misma tuvo un periodo corto pero volvió a resurgir en 1996 -Silvio Sebastián Lubisky contaba con la concesión en ese momento-, y se mantuvo en marcha hasta el año 2006.

Centro Cultural "Marcelino Villar"


El Centro Cultural Municipal Zona Sur “Prof. Marcelino Villar”, dependiente de la Dirección de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología de la Municipalidad de La Costa, fue creado por el decreto Nº 399 del Poder Ejecutivo. Este inició sus actividades en el año 1996 en el marco de la modalidad “Talleres por el arte”.
En la actualidad cuenta con un plantel de 20 talleristas y cerca de 50 talleres, algunos de ellos, descentralizados en asociaciones de fomento e instituciones de la zona, y una matrícula de 750 alumnos, que transitan por las áreas de Plástica, Danza, Música y Expresión con una altísima repercusión en la comunidad, siendo el Centro Cultural seno de formación de grupos de alto nivel que representan al Partido de La Costa en distintos lugares del país. Además, la institución organiza importantes exposiciones y concursos con el objetivo de fortalecer la identidad de la localidad.

Iglesia Santa Margarita Maria de Alacoque


La iglesia Santa Margarita María de Alacoque fue creada el 11 de diciembre de 1957 a partir de la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced de Gral. Lavalle, por un estatuto solicitado por la Diócesis de Mar del Plata.
Fue una de las primeras iglesias que se construyó en el Partido de La Costa, gracias a un grupo de amigos y vecinos que fundaban de a poco lo que hoy es Mar de Ajó.
Fueron varios los curas párrocos que administraron la iglesia desde su fundación: durante las primeras semanas fue el Presbítero José de Luís de la ciudad de Gral. Madariaga. A partir del 15 de diciembre de 1957 quedó a cargo del padre Jorge Abel López, quien permaneció hasta fines de octubre de 1959. En noviembre de ese mismo año, asumió José Pérez hasta fines de marzo de 1968. Posteriormente se hizo cargo de la misma Hugo Romero, hasta abril de 1972. A partir de esa fecha nuevamente la parroquia pasó a ser administrada por el párroco Juan Florencio Fernández de Gral. Lavalle, finalmente desde el 29 de mayo de 1972, hasta nuestros días, la iglesia se encuentra a cargo el cura párroco Emilio Povse.
El primer casamiento que se realizó en la Capilla Santa Margarita, cuando todavía no estaba erigida como iglesia, fue el de la hija de Don José Manresa, Mercedes Manresa y Alberto Novas, la ceremonia fue llevada a cabo por el Padre Arkinchoria, venido especialmente de Gral. Lavalle.
La Iglesia Santa Margarita María de Alacoque cuenta con varias obras, realizadas muchas de ellas por el Padre Emilio, tales como: la ampliación de la Iglesia, la casa parroquial, los salones, en donde se llevan a cabo las clases de catecismo y otras actividades.
También colaboró en la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima de Villa Clelia, la cual se inauguró en el año 2001, el comienzo del nuevo templo de San Bernardo, la Capilla de Mar de Ajó Norte, la ampliación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en La Lucila, entre otras.
Un detalle para tener en cuenta, es que el Padre Emilio estudiaba Ingeniería antes de entregarse a Dios, por eso la habilidad de diseñar y querer colaborar en las construcciones de las Capillas e Iglesias de la zona.
En la Secretaría de la Parroquia están las primitivas imágenes del altar, la Virgen Inmaculada con el niño en sus brazos y el Sagrado Corazón de Jesús, ambas esculpidas en madera y donadas por los Señores Rafael Cobos y Manuel Correa Morales.

Hospital "Carlos Federico Macias"




El Hospital de Mar de Ajó fue fundado el 19 de abril de 1987. Actualmente, cuenta con una Unidad de Terapia Intensiva, Internación y Guardia las 24 horas. Asimismo, se brinda atención en distintas especialidades.
Además, se da la posibilidad de la formación y capacitación para distintas profesiones y en la actualidad, habiéndose cumplido el primer ciclo en la carrera de Enfermería, contando con más enfermeros y enfermeras profesionales.

Bomberos Voluntarios Mar de Ajó


El 15 de agosto de 1968 se conformó la primera comisión directiva y el primer cuerpo activo que comenzó a funcionar en la esquina de Av. Libertador y Mitre; lugar cedido por Clyfema. Ya el 25 de Mayo de 1967 había llegado la famosa Chirolita, una autobomba marca Fargo modelo 1957, la cual venía de bomberos voluntarios de la Matanza.
En 1970 la Municipalidad de General Lavalle entregó en custodia una ambulancia Chevrolet.
En 1971 el jefe de Bomberos Alfonso Catulo, junto al apoyo de varias personas, consiguió la primera autobomba Ford 600, apodada “Espumita”; y un año más tarde llegó al cuartel “Brigada”, una nueva ambulancia Ford f- 100.
En el año 1974 el cuartel se trasladó a las nuevas instalaciones ubicadas en Av. Libertador 645.
En 1981 llegó la primera Auto Escalera importada de Alemania. Fue un móvil que costó mucho sacrificio debido a la inflación que comenzaba a surgir en el país, inclusive muchos socios de la comisión debieron poner bienes propios como garantía para asegurar el pago. Este móvil fue bautizado con el nombre del Don Carlos D’ Ángelo, en honor al incansable luchador y mentor principal de la adquisición, quien falleció tiempo atrás siendo presidente de la Comisión Directiva.
Hasta 1994 el cuartel contó con dos ambulancias, dos autobombas y un Auto Escalera y una autobomba importada de Alemania, Magirus Deutz.
Un año más tarde, se creó el grupo de manejo de incidentes con materiales peligrosos, y en 1996 se importaron dos ambulancias modernas de Estados Unidos, implementándose, gracias a ello, un sistema de médico de emergencias.
Desde 2003 hasta la actualidad preside como Jefe del Cuerpo de Bomberos Voluntarios el Comandante Ricardo Reggiani, logrando que este cuartel sea querido por la comunidad y reconocido con honor, sabiduría, bajo el lema “sacrificio, desinterés y abnegación”.
En el 2007 se nombra como patrimonio histórico institucional pasándose a retiro simbólicamente para ser solo homenaje, “la Chirolita”, el móvil Nº 1 que dio muchas satisfacciones y que hoy se encuentra firme en el cuartel de bomberos de Mar de Ajó.

jueves, 30 de octubre de 2008

Entrevista a Roberto Hoyos. Uno de los 1º guardavidas de Mar de Ajó


Roberto Leandro Hoyos, es argentino, sus padres son Urbana Farias y Leandro Hoyos, ambos españoles, llegaron al país en 1928.
Roberto nació en la ciudad de Buenos aires, en Palermo Chico, el 19 de junio de 1935. Vivió hasta los 10 años en La Lucila-Olivos, Partido de Vicente López, debido a los problemas de salud que tenía su hermana menor y por recomendación médica, su padre resolvió que vendrían a vivir a La Costa, ya que el clima de la ciudad no favorecía en nada la salud de la menor.
El 15 de Septiembre de 1945, la familia Hoyos se embarcó en el furgón de Neville, quien los trajo desde General Madariaga y luego de cinco horas de transitar por las huellas del llamado camino de las cien vueltas, llegaron a Mar De Ajo cerca del medio día.
Cuenta Roberto que “al rebasar un médano inmenso que se encontraba ubicado en donde esta hoy la cooperativa de luz CLYFEMA, divise por primera vez el mar maravilloso, azul, reflejando la luz del sol. Era un magnifico día de primavera.
Continuamos avanzando y poco después paramos en la esquina que actualmente es H.Irigoyen y Espora y cuando me bajé, pregunte ¿Cuándo llegamos?; es aquí me dijo Neville.
Esto era una pequeña aldea, la calle cubierta de paja para poder caminar.
Mi juventud la pasé en Mar de Ajo, termine la primaria en la escuela 112 Dr. José Maria Ramos Mejia (hoy EPB Nº 9). Seguí algunos estudios secundarios y rendía en Buenos Aires, ya que aquí se hacia hasta 4° grado. Nos preparábamos acá con un profesor, leíamos algunos libros y después íbamos a rendir a Buenos aires, pero era muy difícil y costoso el traslado, sumado al problema de la falta de buenos caminos.
Trabajé en la construcción junto a mi padre, combinándolo en el verano con el Balneario y el puesto de guardavidas.
Yo trabajé en el primer balneario de carpas y sombrillas “La Margarita”, sito en Av. Libertador y Costanera, su primer propietario fue Nicolás Merello. Ahí hice de carpero y guardavidas.
La decisión de ser guardavidas, tiene que ver con que yo era un buen nadador. Aprendí a nadar solo y mientras aprendía de a poco me iba metiendo cada vez mas adentro, primero nadando pecho, después tipo perro o como quieras llamarle y bueno tanto tiempo yendo a la playa que uno se va acostumbrando
Llegado el momento, yo tenía 17 años y en la temporada me pasaba el día adentro del agua, porque venia gente de Buenos Aires de la que me había hecho amigo y ahí era como que me perfeccionaba solo.
Cuando llegaron los otros guardavidas, el que me adoptó a mí para enseñarme estilo fue Jack Cortiza, un gran maestro y excelente persona.
¿Cuál era el equipo de salva taje con el que contaban en ese momento, si es que contaban con alguno?
Lo único que teníamos eran nuestras manos y el salvavidas redondo y nada más.
Yo hice muchos salva tajes, gracias a dios en los 25-30 años de guardavidas, nunca se me murió nadie en el agua.
Antes no había guardavidas en todos los balnearios y por ahí te venían a buscar de tres cuadras y uno tenia que ir corriendo.
Me acuerdo que una vez saque a dos muchachos de Villa Clelia, esa vez si que me hicieron tragar agua, porque había un chupón.
Yo fui nombrado como jefe de guardavidas en el año 1958 y permanecí en el cargo hasta 1963.
Trabajabaron conmigo Carlos Pantuso, el maestro Jack Cortiza, él me enseño a nadar, a estilizarme, era un gran tipo. Estaba a mi cargo también el Corto, el Rubio López y en los últimos años Garat.
Después que hice el servicio militar, le compré a Merello el balneario, junto con Antonio Cebla que era panadero, que en ese entonces en sociedad con Jorge Birreci tenían la confitería Ocean, lo mejor que tuvimos en mar de Ajo por muchos años.
Me acuerdo que un 28 de Febrero, la temporada ya había terminado y la confitería había cerrado y como aún quedaban algunos turistas, colocamos el jeep de Pantuso con las luces y la música encendida en su frente y nos pusimos a bailar.
¿Cómo se preparaban para la temporada de verano?
Cuando tenía el balneario, yo trabajaba en la obra hasta el 15 de Diciembre y el 16 ya estaba armando las carpas en el balneario. Yo hacia todo me cosía las lonas, los sillones, pintaba. A veces las lonas se rajaban por el viento y como tenia una maquina de coser en la casilla las arreglaba En aquel tiempo las conseciones de carpas y sombrillas se otorgaban haciendo tramites en la gobernación, cuando paso a la municipalidad decidí retirarme del negocio.

martes, 23 de septiembre de 2008

Entrevista a Ricardo Giménez, propietario de Radio de La Costa Mar de Ajó

Inicios de Radio de La Costa en Mar de Ajó
Nosotros estábamos realizando radio en la ciudad de Chascomus, fuimos pioneros en Chascomus en radiodifusión también pero en relación de dependencia, éramos tres muchachos ahora hemos crecido en edad, y queríamos independizarnos, tener nuestro medio propio, veníamos de Colón, Provincia de Buenos Aires.
Hicimos los trámites pertinentes, estoy hablando de los años 80, 81, ante el Comité Federal de Radiodifusión. Presentamos los papeles pero por casi dos años no tuvimos más novedades, ya estábamos prácticamente desahuciados del proyecto así que estábamos intentando nuestra independencia por otra actividad comercial, nada que ver con el periodismo y la radiodifusión, en esa instancia nos llega un sobre diciéndonos que efectivamente nos habían adjudicado una emisora en el Partido de La Costa.
Todo eso nos motivó a hacer un replanteo nuevamente de nuestras actividades, llegamos al Partido de La Costa allá en el año 1982, más o menos en octubre, noviembre, previo a los permisos que nos tenían que otorgar por el espacio aéreo, la Municipalidad en aquel momento… hubo tres intendentes seguidos, Suazo, Magadán padre, también nos evaluaron por un tiempo y después nos dieron la autorización para trazar los cables, porque en aquel momento cuando se instala Radio de La Costa era por audio frecuencia, esto significa que era una transmisión por cable, cuyos receptores eran una cajitas parlantes que se ubicaban en los comercios y en las casas de familia.
Fue así que se inició, la inauguración se efectuó el 2 de enero de 1983 en Mar de Ajó, en la Avenida Rivadavia que fue nuestro primer estudio de radio, ahí comenzamos la labor de Radio de La Costa con muchísimo sacrificio y también un poco, ante el descreimiento de la gente por el sistema y esas cosas. Cosa que se fue imponiendo inmediatamente, a medida que íbamos creciendo, el interés paralelamente de la gente de conectarse que en ese momento era un novedoso medio de comunicación rápido, no había forma antes de ingresar a una FM o una AM, además eran gobiernos muy cerrados, gobiernos de facto a nivel nacional y nada de eso se permitía.
Fuimos trabajando, de esta manera, se comenzó a tejer la ciudad de Mar de Ajó, comenzamos por la Diagonal Rivadavia, la peatonal y después todas las que eran adyacentes hasta llegar al límite para justamente cubrir el barrio más poblado de Mar de Ajó en aquella época, que creo que lo sigue siendo, que es Villa Clelia. Después nos fuimos extendiendo, nos iban solicitando del lado de San Bernardo y después de la Lucila y de todo el conjunto, fue así que a los dos años nos solicitaban de la zona centro del Partido de La Costa, Mar del Tuyú, Las Toninas y Santa Teresita, y paralelamente también nos solicitaban de San Clemente del Tuyú, que también tuvimos que ir a los dos años. La inauguración de Santa Teresita y San Clemente del Tuyu se hicieron dos años después que la de Mar de Ajó.
Fue realmente apasionante lo que nosotros vivimos, no sin sacrificios obviamente, de la puesta en marcha de la estación de Mar de Ajó. Primero fue superar el descreimiento y después ir insertándonos en la sociedad, recordemos que nosotros no éramos de aquí veníamos de la ciudad de Chascomus, a 200 kilómetros de acá, para nosotros era todo nuevo y éramos los desconocidos. Nos trataron muy bien, tengo que resaltarlo, inmediatamente las instituciones intermedias, la Municipalidad y el comercio se fue adhiriendo a este movimiento comunicacional que fue generando Radio de La Costa. Fue así que llegó un momento que nos superaban las demandas de la instalación de los parlantes y a veces por cuestiones técnicas, no por no cumplir en lo inmediato.
Muchísima gente pasó por Radio de La Costa en sus principios, Juan Carlos Castaño, Tino López –hoy desaparecido-, después operadores, un montón de gente que no quiero nombrar individualmente porque tengo miedo de olvidarme de alguien y cometer un pecado muy grande, periodistas, gente de instituciones que inmediatamente se arrimaron a la radio y conformaron programas, generalmente programas históricos y periodísticos sobre el funcionamiento de Mar de Ajó, los requerimientos y el progreso de la localidad. Estamos muy agradecidos de esta ciudad de la zona sur del Partido de La Costa, porque nos acompañó siempre y lo sigue haciendo.
Con el esfuerzo que ya lleva muchos años, ya la radio de Mar de Ajó ha cumplido 25 años, años menos en la zona centro, siempre ha sido una radio pionera y por otro lado, han pasado operadores, locutores, armadores de programas, periodistas y muchos de ellos hicieron la escuelita en Radio de La Costa y hoy son propietarios de otros medios similares, o también han ingresado en los medios gráficos o televisivos, así que para nosotros es un orgullo y siempre tuvimos buena relación con los demás medios de distinta índole, así que para nosotros arribar a estos 25 años es agradecer profundamente a la población, en este caso de Mar de Ajó.
Ahora con una nueva propuesta que va a hacer Radio de La Costa, con nuevo estudio y nueva transmisión, siempre en la misma frecuencia que es 91.1 mhz, que va a estar como siempre al servicio de toda La Costa, especialmente en Mar de Ajó.
Anécdota
Han pasado tantas, pero la anécdota más grande fue cuando fuimos a tirar el primer metro de cable porque estábamos con los estudios ahí en Diagonal Rivadavia, entre Costanera e Hipólito Irigoyen y subimos con una escalera, fue un día de octubre de muchísimo viento, el cielo cubierto y una especie de llovizna, nosotros disponíamos de muy poco tiempo, veníamos a trabajar los fines de semana al Partido de La Costa a tender cables, mientras tanto seguíamos trabajando en Chascomus, no podíamos desligarnos totalmente, los capitales no eran muy fuertes así que teníamos que dividirnos en la tarea. Y fue el primer día que recuerdo que yo subí con una escalera de cuatro metros y medio, habíamos ya hecho un convenio con la cooperativa Clyfema para tomar los palos de ellos e ir llevando el hilo periodístico o radial, y le pregunto a mi compañero que estaba abajo sosteniendo la escalera, “esta es la oportunidad que tenemos, qué hacemos, arrancamos a partir de este momento o bajamos la escalera, los rollos de cable, desarmamos todo y nos volvemos a Chascomus”. El día no se prestaba, no era un día optimista, porque sabíamos que a partir de ese momento se nos venía el gran compromiso, también era la necesidad de la independencia en el sentido de tener el medio propio. Yo le dije a mi compañero, “Omar, estamos aquí, hicimos un sacrificio de muchísimos años”, éramos tres compañeros de otra radio que trabajábamos en Chascomus, a partir de ese momento comenzamos a tirar el primer rollo de cien metros, el segundo, el tercero, el cuarto y así fueron miles y miles de metros de cable que se tiraron en todo el distrito del Partido de La Costa, desde Mar de Ajó hasta las oficinas mismas de Mundo Marino. Cosa que después se tuvo que recoger cuando empezaron a salir las FM, nosotros después pasamos a ser frecuencia modulada en las tres localidades.


martes, 16 de septiembre de 2008

viernes, 5 de septiembre de 2008

Entrevista a Roberto Brandes


Mi nombre es Roberto Brandes, tengo unos cuantos años en Mar de Ajo, lo conozco desde el año 1959 porque vinimos con un cura y cuatro chicos, en un tipo de colectivo transformado en casa rodante y parábamos en la playa.
En ese tiempo la estación de servicios estaba en el centro, justo en frente a la playa, la casa rodante tenia un tanque y en la estación de servicios con la misma manguera que lavaba los autos me llenaba el tanque.
Luna de Miel en Mar de Ajo.
En el año 1961, me casé en Buenos Aires en Ituzaingo y con mi señora vinimos de luna de miel a Mar de Ajo.
Y no había casi nada, había carritos en ves de taxis, tirados por caballos, que nos llevaba a pasear o a conocer el lugar.
Cuando llegamos acá, yo no había hecho ninguna reserva, teníamos bastante dinero en el bolsillo, pero no encontrábamos un lugar donde hospedarnos y por allá encontramos una pocilga, en donde había cinco piezas una detrás de la otra y un solo baño para esas cinco piezas. Las camas estaban apoyadas sobre bloques, porque eran de elásticos y bueno para bañarse había que sacar número y para ir al baño también.
¿Cuando se instalo en Mar de Ajo?
Después de siete años volvimos a Mar de Ajo a una casita que tenía mí finado suegro sin luz, sin televisión, sin plata, yo sin trabajo, mí mujer empezaba a dar clases en Marzo y recién lo cobraba en el mes de Junio, tres meses después porque era maestra suplente. Y bueno me compré una escopeta y salí a cazar para poder tener algo de comer.
Empecé a trabajar en el taller de Balbuena, la primer temporada que yo trabaje acá la hice solo, viviendo en la casa de mi suegro.
Después fui a trabajar a la Shell, ahí estuve como dos años y medio y después de ahí le alquile el galpón a Omar Larrondo, que es un galpón de chapa que esta en la calle Río Uruguay ahí estuve otros dos años. En esa epocacuando a las seis de la tarde cuando dejaba de trabajar, venia acá y con un molde de madera me ponía a fabricar bloques para levantarme el taller.
En esos años había bastantes autos, pero había pocos talleres y yo hacia cualquier tipo de trabajo si tenia que hacer un elástico lo hacia, arreglaba radiadores, hacia chapa y pintura hasta que me independicé y ahora me especializo en hacer solo frenos.
¿Como era el tema de la luz?
Clyfema colocó las líneas de luz donde vivíamos nosotros y bueno la instalación eléctrica en mi casa la hice yo.
Al principio Fierro el que estaba en la Coca Cola me prestó un motor a nafta y yo le puse un dinamo, unas baterías y un bombeador que trajimos de Buenos Aires, con el motor a nafta cargábamos la batería por medio del dinamo y a parte llenaba el tanque del agua, eso fue un alivio porque bombear el agua a mano para poder llenar el tanque era un suplicio y bueno después al tiempo tuvimos la suerte que Clyfema pusiera los postes para tener luz.
Pasatiempo
El modo de divertirnos con mis hijos era jugar a la bolita, la casa era una pieza, un baño y una cocina comedor tipo garaje. Y para divertirnos y pasar el rato, habíamos hecho un agujerito en el piso de cemento y jugábamos a la bolita .

jueves, 4 de septiembre de 2008

Entrevista a Magdalena Brandes


Salgo de mi casa para venir a la escuela Nº 10 José Hernández que eran tres aulas y una persona que todavía vive, que fue unos de los primeros vecinos que conocimos acá, la señora Landeras, me decía “Magdalena cuando va a la escuela lleve el paraguas, porque los cuernos para tal lado y llueve”, y yo decía entre mi, que voy a llevar el paraguas si el día esta espectacular. Si hasta el tiempo en ese momento era hermoso. Seguro que cuando volvía, venia con lluvia.
En Mar de Ajo encontré la calidez de las familias que nos recibieron, mucha lucha y en donde cuando empecé a ejercer, a ponerme en contacto con los chicos y adaptarme de vivir en una ciudad como era Ituzaingo, a un grupo como este que era grande, puedo decir que he obtenido a través de muchos años de servicio acá en La Costa, el afecto de la gente
¿Cuándo vino a Mar de Ajó?
Yo vine en el año 1964 con mi esposo y mis hijos, uno tenia 7 , el otro tenia 5 y el tercero nació acá.
Creo que todos los que hemos venido a Mar de Ajo, es porque no nos iba bien en el lugar donde estábamos y veníamos buscando un nuevo horizonte.
Cuando uno vino se asentó y empezó a tomar contacto con la historia del lugar, con la gente, a entender la idiosincrasia de la gente del lugar, las modalidades, las costumbres, cuando me quise acordar yo y mi familia ya éramos parte de Mar de Ajo.
¿Cómo se llegaba?
En aquellos tiempos era muy difícil de llegar a Mar de Ajo, porque no había ningún tipo de asfalto y se pasaba directamente por Pavón a Mar de Ajo y nos quedábamos muchas veces en la ruta cuando llovía y no había medio de comunicación, funcionaba en la estación de servicio Shell que esta destruida ahora, un teléfono personal que una señora amablemente nos permitía utilizar, esa era la comunicación mas directa. No teníamos televisión y todas las emisoras de radio eran uruguayas.
Diferencias entre vida en la ciudad y la vida en Mar de Ajo
Por supuesto yo venia de una ciudad y esto era prácticamente campo, las costumbres eran distintas, las comidas eran distintas no se conocían muchas verduras, las berenjenas no se conocían en ese momento y distintos tipos de cosas con las que no había contacto. Era muy común el puchero y el guiso y la carne por supuesto, porque era un lugar en donde había un matadero y se comía carne, o sea que el asado era común para ambos lugares. Y bueno luego la vestimenta era muy sencilla.
Escuelas en aquella época y matricula de estudiantes
Estaba la escuela 112, que hoy es EPB (Escuela secundaria Básica) Nº 6 que estaba al lado de lo que es la EPB y si mal no recuerdo nada mas, estaba la del centro y la de Villa Clelia
Y de acuerdo a los habitantes, te dije que eran tres salones, de acuerdo a la cantidad de habitantes, era la cantidad del alumnado. Específicamente no recuerdo, habrán sido pongámosle un promedio de veinticinco chicos por salón, serian unos setenta y cinco alumnos.
Ahora esta nueva escuela de Villa Clelia que forma parte de la anterior, porque ahora se ha desglosado no se que cantidad de chicos tiene, pero se que es numerosa y ahora tiene un jardín de infantes al lado y antes el jardín de infantes estaba en la 112.
Mar de Ajo ha crecido considerablemente, antes los habitantes golondrina venían en noviembre esperanzado con lo que iban a ganar y cuando venia el invierno largo y duro y esto se ponía difícil entre el viento y la lluvia, las necesidades y el poco trabajo la cantidad de alumnos bajaba.
Lo que encontré aquí es que los chicos tenían una creatividad muy especial, los chicos por vivir en el campo o mejor dicho en contacto con la naturaleza, para no desmerecer y con los pocos materiales que uno tenía los chicos creaban. El material era escaso pero amplio en el sentido de querer avanzar y ser cada vez mejores. Muchos de ellos hoy tienen cargos importantes, hay profesores, hay médicos que han salido de este lugar. Ósea que había capacidad y había deseo de superación.
Anécdota
Esto fue al segundo año de estar acá, yo tenía a 6° grado y un día hablando con los chicos me dijeron que querían ír a pasear a Misiones y entonces yo les dije vamos a hacer una carta al Río de La Plata y un día aparece un hombre con una valijita, vestido todo de azul, el señor pertenecía a la mutual del Río de La Plata y me preguntó si nosotros tendríamos inconveniente de aceptar un viaje que no fuera a Misiones y la realidad era que yo quería sacarlos del lugar, que se les abriera otros horizontes, así que dijimos que si.
Pasamos tres días maravillosos en el Sheraton y cuando llegamos era una etapa muy conflictiva, por que era una de las últimas etapas del gobierno de Juan Domingo Perón. La mutual era peronista y nos llevaron a los mejores lugares, fuimos a Camio 14, al Planetario, nos llevaron al Cabildo, nos atendían bárbaro, almorzábamos y cenábamos de lo mejor, los chicos estaban completamente asombrados. Fue una cosa muy linda, los chicos nunca se olvidaron de ese viaje y creo que lo más importante fue mostrarles que más allá de las cuadras de Mar de Ajo había otros lugares a los cuales ellos podían aspirar. Los viajes tienen esa función mostrar que hay otros lugares.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Entrevista a Franciasco "Rubio" Vaquero


Mi nombre es Floreal Francisco Vaquero, nosotros llegamos en el año 1933 al chalet de Ramos Mejía, tenía 6 años. Veníamos de Madariaga.
Ahora le voy a explicar una cosa, Cobo tenía tres hijas, una se caso con Ramos Mejía que era arquitecto, ahí vinimos nosotros al chalet ese.
En el año 1920 Cobos le hizo una donación a las tres hijas, un pedazo de campo para que hicieran una casa para veranear.
Los tres Chalet eran Ramos Mejía, Avellaneda y Rosas Cobo, las tres hijas esas se casaron una con Avellaneda, la otra con Ramos Mejía y otra con Rosas y entonces hicieron los chaleses ahí que actualmente están, ahora reformados un poco, pero están como eran antes.
Entonces Ramos Mejía por medio de Manresa, que estaba en el chalet de Avellaneda llamó a mi papa, para que viniera a cuidar el chalet de Ramos Mejía, para que estuviera como encargado de los animales. Mi papá siempre se dedicaba al campo tenia vaca y caballos.
Entonces en el último chalet que era El Palentelen, que era de Rosas Cobo estaba de encargado Manso, Bernardino Manso y en lo de Avellaneda estaba Manresa y nosotros en el chalet de Ramos Mejía.
En el año 1934 una tarde apareció un señor en una moto, vino y se presentó que lo mandaba Ramos Mejías, que venía a estudiar el lugar para ver a donde se podía hacer un pueblo, los campos estos los tenían todos hipotecados, entonces no podían vender nada, entonces le sacaron el potrero diecinueve que es donde esta Mar de Ajo.
Los potreros se dividían todos por números, entonces no podían hacer el remate porque estaba hipotecado el campo, entonces por intermedio del banco no se que hicieron y le sacaron la hipoteca a este campo para que lo pudieran rematar. Así fue cuando ya en 1935 Springolo que fue el que vino en la moto esa, vino a revisar todos los campos esto y eligió lugar. Y bueno entonces hicieron el remate, en el primer remate que hicieron levantaron un millón de pesos, con eso levantaron la hipoteca del campo, con lo que les quedó del remate.
Ya en 1935 se hizo un rancho de paja frente a lo que es ahora la Hostería Mar de Ajo.
En 1936 vino el Automóvil Club, vinieron con carpa, hicieron ahí un campamento y veraneaban.
Entonces Springolo fue el que impulso esto, algunos dicen que no, para mí el fundador verdadero fue Springolo. No lo querían mucho porque era un italiano, la gente de acá no lo entendían bien y siempre andaba mal con los obreros que tenía a su cargo, pero él fue el que puso la cara en todo. Sin plata, porque no tenía plata y por ahí los hacía trabajar y no cobraban, es decir pasaba un tiempo para cobrar, el promotor de todo fue Springolo y bueno ahí empezó.
En 1936 se hacen 36 casas, las casas de la compañía, y se las daban al que compraba un terreno y edificaba 40 metros, le regalaban el terreno. Así empezaron otros propietarios a comprar lotes en los remates y a edificar y así fue progresando esto.
Cuando empezó a venir turismo los caminos eran malísimos, pasaban mucha peripecia, había gente que venía de Buenos Aires y cuando les agarraba una lluvia en el tramo de Dolores a Lavalle, capaz que estaban ocho días ahí porque no podían viajar más porque eran caminos intransitable.
Por aquellos años, el medio de transporte que había eran las chatas con caballos, eran grandes tenían cuatro ruedas. Algunos les decían carretas, pero no existían en esa época, las carretas eran más primitivas
Entre otras cosas, estas se usaban para traer material del pueblo de General Madariaga, el recorrido se hacía a través de un camino vecinal desde la estancia Las Chilcas se empalmaba con la estancia El Centinela que era de los Cobos y de ahí por entre el campo venían por una huella que había. Estas chatas iban haciendo paradas, pasaban por el barco Anamburgo que está en frente a El Palentelen chalet de la familia Rosas Cobo, si el mar estaba crecido, acampaban al costado del barco en donde había un reparo y esperaban hasta que el mar bajara, para llegar a su última parada que era Mar de ajo con los materiales y alimentos que traían desde Madariaga.
En el año 1936 había muy poca gente, en el invierno no quedaba nadie. Estaba la familia Dávila, que fueron los primeros en venir a Mar de Ajo, ellos tenían su estancia en Pavón. Entonces ellos vinieron y edificaron en donde ahora esta es la rotiseria de Dávila (Av. Libertador y Lebensohn).
Eran tiempos malísimos, había mucha miseria, no había comida. La mercadería se traía una vez por mes, se surtía de Madariaga la galleta que se usaba en ese tiempo, porque la miseria era total en esa época. Había veces que a lo mejor se atrasaban quince días, porque con las lluvias los caminos se ponían intransitables.
El 24 de abril de 1936, salió el barco El Vencedor. Yo tenía 7 años, yo andaba a caballo y baje a la playa a la mañana y me encontré con el barco ese. El barco encalló cerca de la costa, entonces a la tarde cuando bajo el mar, por orden de los dueños de la mercadería que eran de Mar del Plata, con los areneros la gente empezó a descargar el barco, entre las cosas que transportaba el barco había chapas con las que hicieron galpones en donde se guardó la mercadería, hasta que llegara la flota de camiones que transportaría la mercadería a Mar del Plata.
El 25 de mayo del 1936 se largo a llover y llovió durante quince días y los camiones que iban cargados con la mercadería, estuvieron parados un mes, porque tenían que esperar que se compusiera el camino.
Cuando el barco quedo vacío, vinieron de la compañía del barco y le sacaron los motores y el esqueleto quedo ahí.
En ese barco nosotros tuvimos una desgracia, el 28 de Julio de 1936, como el barco había quedado vacío ya y adentro había madera de cedro, el capitán le había dicho a mi papa que si las queríamos que la sacáramos y entonces fui yo con mis tres hermanos a caballo, mi hermano el mayor iba con un carro. Cuando llegamos, yo no me anime a entrar y me volví, ellos se quedaron sacando las cosas, estuvieron todo el día, llevaron para comer y la tarde cuando salieron afuera (para colmo era un día frío con mucho viento) y subieron a la cubierta se encontraron con que el mar estaba crecido y no podían bajar. Mi hermano mayor que tenía 17 años, se bajo con una soga al agua y medio nadando salió para avisar en casa lo que había pasado y entonces llamaron al faro y vino gente pero ellos decían que no tenían medios para rescatarlos. Después se empezaron a juntar vecinos de ahí, para ver que podían hacer. Cuando se vino la noche, todavía estaban ahí arriba y el mar crecía cada vez más y se quedaron ahí arriba, se murieron de frío, porque con lo crecido que estaba el mar, empezó a entrar agua. Esperando y esperando recién al otro día a las cuatro de la tarde bajo el agua, cuando subieron al barco había uno solo, el otro no estaba, al que estaba en el barco lo llevaron a Lavalle y el otro apareció a los cinco días en donde es ahora Las Toninas.
Después de esa desgracia nosotros vinimos en donde es ahora Nueva Atlantis, ahí hicimos una casa de madera y chapa, teníamos vacas y vendíamos la leche.
Después de ahí ya en 1938 nos vinimos en donde es ahora la Terminal de ómnibus, esa chacra era de Springolo, el fue quien nos trajo ahí y estuvimos hasta 1940.
En 1938 se remató Mar de ajo norte que pertenecía a Duho, de acá hasta San Clemente le pertenecía a él.
Duhou le construía una casa de material al puestero que cuidaba sus campos, cuando se remata Mar de Ajo norte el puestero es traslado a una casita en la calle Machado de San Bernardo, cuando se remata ésta lo pasan a Playa Grande (Costa Azul) y así a medida que iban rematando las tierras al puestero lo iban corriendo.
Las tierras de Mar de Ajo Norte fueron compradas por Pina, Chiozza y Guerrero, eran tres socios que fueron los que iniciaron la creación del muelle.
Cuando vinimos a Mar de ajo Norte mi papá edifico y empezó a trabajar con los palones, porque antes cuando la gente compraba los terrenos había que emparejarlos entonces el desmontaba el terreno y con todo ese trabajo ganaba bien, aparte el tenia caballos, tenia palones, palas y yo desde chico andaba con mi papa ayudándole.
Cuando se creó San Bernardo, Mar de Ajo Norte empezó a progresar y a edificarse.
En 1942 a San Bernardo lo compraron los Chiozza y ellos fueron los primeros en hacer un asfalto.
En 1943-1944 se hicieron los asfaltos, no eran gran cosa pero por lo menos se podía transitar, no había arena. O si no las calles se empajaban y se emparejaban.
En esa época Mar de Ajo tenía un tractor, para emparejar las calles, entonces volteábamos los médanos y después había que empajarlas, había gente que se dedicaba con un carro a cortar junco y se llenaba las calles con eso.
En el año 1936 en el salón de Manresa se hacían fiestas, bailes. Este era el único salón que había para la celebración de todas las fechas patrias, en donde iba mucha gente de campo, el salón está en la calle Hipólito Irigoyen.
Anécdota
La anécdota que hubo ahí en lo de Manresa fue una noche en 1940, había un tal Cuevas que trabajaba con Manresa y el otro era un tal Soler del campo y se ve que había tomado un poquito de más y pelearon. Resulta que uno le iba a pegar con el rebenque al otro y el otro le puso el cuchillo y le cortó las venas, en ese entonces no había medico, no había nada acá y el único que tenía un Ford T de esa época era Lucho Drago. Y como no había quien llevara al hombre a Lavalle, a las cinco de la mañana un hombre a caballo vino a buscar a mi hermano mayor que sabia manejar, para que lo llevara en el Ford T. Era todo de apuro, porque el hombre estaba muy embromado, se había desangrado porque lo habían cortado en la muñeca. Entonces vino el padre del herido a buscarlo y lo llevo a hasta lo de Manresa y bueno ahí se encargaron de subirlo al Ford T y salieron por la playa (en ese tiempo el policía que había era don Alberto Pueblas) entonces cargaron a el herido, el malhechor, Pueblas que era el policía y mi hermano, hasta San clemente por la playa. Llegaron a la salida del sol a San Clemente y ahí encontraron a los dos hombres que tenían que buscar, para que los acompañara por entre el campo hasta Lavalle, porque estaba el camino intransitable, porque la creciente del 40 fue grandísima. De ahí fueron a hasta la estancia El Rincón en donde llegaron a las cinco de la tarde, todo el día para hacer el trayecto ese de San Clemente a Lavalle. Cuando llegan a esa estancia mi hermano le va a dar arranque al auto y explotó el motor, por lo que tuvieron que llevar al herido en bote hasta el hospital y los otros a caballo. El auto fue reparado y pudieron volver a Mar de Ajo una semana después.
La Sala de Primeros Auxilios se inauguró en 1951, Magu? fue el primer médico, pero estuvo poco tiempo. Randac fue el segundo médico que vino acá, vivía frente a coto donde estaba la Terminal de ómnibus, ahí había un chalet y ahí estaba el doctor. Magu? hizo las cosas mal, entonces fue sacado por una comisión que se formo acá y trajeron a Randac .Después vino Marano y otros tres médicos.
En 1940 no había médicos acá, cuando nosotros vinimos a Mar de Ajo norte en el 40, teníamos a mi hermana menor de 12 años y se enfermo de la difteria, que no se conocía. Estaba con dolor de garganta y no sabían que tenían, como que era una gripe, que se yo. A lo último estaba muy embromada y entonces estaba Ever Ferrero en la Hostería Mar de Ajo que tenía un Ford, entonces a la tardecita ya casi de noche, fuimos a buscar a este hombre para llevarla a Madariaga y los caminos estaban imposible, entonces fue mi hermano mayor, mi papá y Beba que era la que……. Y bueno la llevaron por la playa hasta Pinamar, ahí en Pinamar se bajaron porque había todo médanos y no sabían por donde entrar, mi mamá se bajó y cuando vino de vuelta ya había muerto, de ahí ya la llevaron a Madariaga y de ahí al otro día nos vinieron a buscar a todos, porque mi mamá estaba también enferma de la difteria, también se contagio y bueno fuimos todos a Madariaga para que nos controlen.
Servicios
Servicios no había ninguno, luz no había. La luz vino cuando vino el General Rocco en 1937/38 que empezó a edificar la casa barco y trajo soldados del ejército e hicieron un campamento en el que yo les llevaba la leche y trajeron dos camiones del ejército (a los que se le llamaba los criollos) El general Rocco trajo el telégrafo de Madariaga, el trajo todos los palos de las líneas del telégrafo, el telégrafo fue el primer adelanto que hubo, yo le llevaba la leche al telegrafista.
Rocco fue quien puso los palos de la luz en toda la playa hasta el Silvio, pero no se usaban. Después se usaron cuando vino Vaso que puso la primera usina, la primera usina que hubo fue la de Vaso que dio luz, entonces aprovecharon todos esos cables que había puesto Rocco. Si a Rocco no lo hubieran metido preso habría hecho un montón por ese barrio.
Vaso vino de Buenos aires a poner la usina en 1944/1945 y puso los motores. La usina se mantenía prendida hasta las doce de la noche, no había más luz que esa. Recuerdo que se solía pasar en el salón de algún hotel películas y a veces se cortaba la película, porque eran más de las doce y no se veía más hasta el otro día.
Después vino más modernismo y se empezó a fomentar el asunto de la usina y empezaron a armar la usina que se termino en el año 1950 y en 1951 vino Mercante a inaugurarla. Y bueno ahí ya empezaron a conectar y haber luz en todas partes, aprovecharon las mismas líneas que había puesto Vaso durante un tiempo y después las cambiaron y pusieron todo nuevo.
El encargado del mantenimiento de la usina era un tal Pavón de General Madariaga, que ese manejaba todas las líneas y todo lo que era electricidad y Bocacci fue gerente de la usina.
La usina era una novedad grandísima para esa época que no había nada.
Casamientos, Bautismo, etc.
Los casamientos se hacían en Lavalle, los nacimientos se anotaban al tiempo en Lavalle también. Y las fiestas se hacían en las casas.
Temporada de Verano
Antes que se hicieran los hoteles, la gente venía en carpa. Venían en auto y por ahí les tocaba una lluvia y quedaban empantanados tres o cuatro días hasta que componía el camino.
Era así la vida de antes, ahora por una hora que falta la luz ya estamos todos… y antes se alumbraba con velas, con candiles a querosén y después aparecieron los sol de noche que eran a querosén, el que tenía eso era un lujo. No había cocinas económicas y los que tenían cocina económicas íbamos todo para ver que era el aparato ese, porque no lo conocíamos. En casa la cocina económica se compró enseguida, cuando vinimos a Mar de Ajo Norte ya teníamos la cocina económica y si no con el fuego en el suelo ahí se cocinaba.
Con el agua no teníamos bombas, entonces había que hacer un pozo y se tapaba con una chapa para que no entraran lauchas y de ahí adentro se sacaba el agua.
El cuento del ACA (Automóvil Club argentino) es mentira eso que se dice que haciendo perforaciones se encontró vino. Había uno que hacia perforaciones de agua acá, era un italiano y era muy mentiroso. Entonces se hablaba que el barco La Margarita traía vino, traía todas esas cosas. El decía que cuando hizo las perforaciones y puso la bomba empezó a salir vino, mentira que va haber.
El desarrollo fuerte vino después de 1950/1955, ya después de ahí en adelante empezó haber de todo.
El primer loteo en Mar de Ajo se hizo en 1935, en 1940 se creó Mar de Ajo norte y en 1942 San Bernardo.
Época de la dictadura
En la época de la dictadura sobre la aparición de los cuerpos en la playa, se supo lo que pasaba, pero se tapó todo, eso no se difundía. Apareció un barco y encontró unos cuerpos y vinieron los bomberos y se lo llevaron a Lavalle y desaparecieron, no había intención de que se descubriera eso.
Seguridad
Antes no había robo, se dejaba la puerta abierta, dejabas la plata en tu casa, no existía la llave. No, nadie robaba nada, vos dejabas la puerta abierta y pasaban meses y no entraba nadie.
Cuando falleció mi mamá y todo eso, yo me quede solo en la casa y yo me iba a la mañana y volvía a la madrugada y dejaba la plata en la mesa de luz y la puerta abierta. Tal es así que una noche había salido de juerga y en mi casa tenía un cielo raso de metal y en el entre piso había una ventanita para subir al cielo raso de la pieza donde dormía yo y cuando llegue abrí la puerta de la cocina y me acosté. Al ratito empecé a sentir ruido arriba del cielo raso y yo pensaba que podrá ser ese ruido, era un gato porque como yo había dejado la puerta abierta entró, entonces el gato cuando me escucho llegar se trepó y se metió en el agujero ese y se quedó ahí arriba. No había miedo de que a uno le robaran las cosas, nooo.
Como se informaban
A través de alguno que traía algún diario, por ahí pasaban meses y nadie traía un diario. En cuanto a la radio yo recién en 1947 tuve una radio, que me la vendió un hombre que tenía un almacén en frente de donde yo vivía, Alfredo Gali me lo vendió al radio ese, un radio a batería, porque luz no había y la segunda radio que tuve fue porque mi mujer quería escuchar la novela y la radio andaba mal, entonces me fui a Madariaga y me compre un radio nuevito. Me acuerdo que una noche peleaba Gatica y un norteamericano, como yo tenía radio venían todos los vecinos a escuchar la pelea y cuando les pregunte como iba la pelea, me dijeron que ya había terminado. Gatica tenia la maña de ponerles la cara y el norteamericano lo noqueo.
Anécdota
Fuimos a jugar un partido a Lavalle, en ese tiempo había un micro que venía de Buenos Aires que entraba una vez al día a Lavalle dejaba pasajeros y si había pasajeros los subía. Cuando llegamos a Lavalle éramos 32 los que íbamos en el colectivo entre jugadores e hinchas que iban a acompañar. Estábamos jugando el partido y entra el colectivo, todavía no había terminado el partido, entonces quedamos a pie, no teníamos en que venir y bueno se larga a llover, nos quedamos a dormir ahí, unos en las camas, otros en el piso porque no había lugar.
Al otro día como no había nadie que fuera a Lavalle, ocupamos una lanchita del puerto de Lavalle, pagamos dos pesos cada uno y nos subimos los treinta y dos, cuando íbamos por el río con la lancha estábamos todos meta jarana, unos cantaban otros gritaban y cuando salimos al mar ya no hablaba nadie. Después de viajar tres horas, llegamos a las cuatro de la tarde a San Clemente en donde es ahora Mundo Marino y de ahí fuimos al Club Pereyra, en donde nos estaban esperando con el almuerzo, los muchachos que jugaban al fútbol con nosotros y bueno almorzamos y después nos fuimos a un rancho de paja que era como una parilla grande y ahí daban películas, estábamos en lo mejor de la película “La Hermana Menor” cuando nos vino a buscar Merilli y bueno vinimos por la playa y llegamos acá a las tres de la mañana por la playa, así que salimos el Domingo y llegamos el Martes.

sábado, 30 de agosto de 2008

Poesia escrita por el Sr. Roberto Minjolou.

Fuiste parte de Lavalle, saliste de sus entrañas,
entre juncos y espadañas fueron naciendo tus calles.
Hiciste que el sol estalle mientras que a la arena tosta.
Fuiste una franja angosta de pueblos recién nacidos,
y tu nombre y apellido fue Partido de La Costa.
Esto le he discutido, aunque distintas edades,
variadas localidades formen un solo partido.
Pero al ver que habías nacido se unieron en un abrazo,
el mar te prestó el regazo, uniendo tu derrotero,
y en un destino costero diste tus primeros pasos.
San Clemente te limita con otras costas vecinas,
Costa Chica y Las Toninas llegan a Santa Teresita.
Mar del Tuyu fuerte agita olas azul color cardo,
Costa del Este es el mar y Aguas Verdes se perfila,
porque sigue La Lucila, Costa Azul y San Bernardo.
El Barrio El Silvio creció, y en Nueva Atlantis se escuda,
Villa Clelia lo saluda cuando se entra a Mar de Ajó.
Cuanta gente que luchó pa' que el partido sea uno,
yo creo que es oportuno decirle gracias pioneros,
pero nombrarlos no puedo temo olvidarme de alguno.
Era una preocupación para el que venía de lejos
cruzar el camino, viejo que pasaba por Pavón,
y en más de alguna ocasión cuando mediaba el apuro,
era siempre más seguro forajeaba de adelante,
por la playa y con bajante cuando el piso estaba duro.
Cuanto que se luchó entre médano y fachina,
y así se hizo mi argentina con gente que corajeo.
Y por acá se instalo apostándole al lugar,
a todos esos pionero yo los quiero saludar.
Pago costero es por eso que sos una iluminaria,
y hoy tu ruta interbalnearia te trae unión y progreso,
brillas por tu propio peso, ya pasaste a ser mayor.
Solo te pido un favor, que cuando más fuerte de halles,
no te olvides de Lavalle, que fue tu hermana mayor.

jueves, 28 de agosto de 2008

Entrevista a Roberto Minjolou


¿En qué año vinieron tus padres a Mar de Ajó?
Mis padres nacieron en General Lavalle y en esos años hasta 1978 era todo Lavalle, entonces para nosotros es la misma cosa, yo siempre digo que es la hermana mayor en alguno de mis versos.
A los 20 se radicaron en esta zona. Mi papá hace 60 años que está en Mar de Ajó. Primero vino a Santa Teresita y después se radico definitivamente el Mar de Ajó, inclusive estuvo trabajando con el Sr Baso, que fue el primero que dio luz eléctrica en Mar de Ajó, él trabajo colocando los palos, distribuyendo la electrificación de esos motores. Acá mucho para trabajar no había, estuvo trabajando un tiempo con el Sr. Pegoraro que tenia fabrica de mosaicos y bueno después empezó a trabajar por su cuenta con palas a caballo que emparejaban los terrenos que eran todos médanos.
El único medio de transporte eran los carritos, autos había muy poco. Se los usaba mucho para transportar a los pasajeros que venían de viaje. También se los usaba para las excursiones que se hacían al Chalet Solymar en Aguas Verdes, después muchos viajes al muelle de pesca.
La calle Jorge Newbery no existía, hasta que un grupo de vecinos en 1960 empezaron a abrir las calles con hachas y palas, porque sino se iba de Mar de Ajó a San Bernardo por la playa. Nos manejábamos todo con caballos o carritos, los que tenían autos no eran de acá, muchos eran de Buenos Aires. Eran calles de tierra y se empajaban para poder andar. Ha sucedido que cuando venían vehículos de verano se han quemado con un cigarrillo que alguien ha tirado en la paja y se ha quemado el vehículo, o la calle entera muchas veces.
Era duro vivir acá. Lo que era lindo era por ahí en las fiestas patrias o en algunas reuniones nos conocíamos todos, después si le pasaba algo a alguien corríamos a ayudar.
¿Qué actividades hacían, por ejemplo en las fechas patrias?
Se hacía carrera de sortija, todas cosas tradicionales, era muy divertido, carreras de embolsado también. Se buscaba la forma de poder alegrar la cosa porque no había nada. Fuera de las fechas patrias había carrera de automóviles, de jeep, iban hasta Santa Teresita por la playa. Inclusive el Sr. Mario Chiozza que era bastante avanzado en lo que era mecánico, había hecho unos autos con dos motores. Primero había hecho un auto con dos motores adelante pero le resultaba muy pesado, así que hizo otro con un motor adelante y otro atrás, ese le dio bastante resultado.
El combustible venia de Madariaga desde donde llegaba el tren o desde Gral. Lavalle.
El Sr Moyano con las carretas trajo todo el material para hacer el muelle porque para el muelle usaron arena de rio. Se uso para hacer la primera parte del muelle, que en ese entonces era cortito y tenía una escalera que a veces cuando estaba bajo no podías subir. Uno muy entusiasmado se quedaba pescando y el agua crecía, te quedabas a dentro del agua, no había forma de bajar, tenías que esperar a que bajara la marea.
Tenía cosas lindas, nos conocíamos, nos ayudábamos, después empezó a venir el tren que llevaba a los chicos que para nosotros era toda una fiesta, venia una calesita que era tirado por un caballo, se instalaba en donde ahora es Center Play, por la calle Irigoyen. La traía un hombre que era de Dolores, en verano.
En la esquina de Buchardo había una planta transmisora, y ponían esa bocina con parlantes que pasaba las propagandas de los negocios.
En ese entonces eran muy famosos los alfajores Chapaleo, tenía un slogan que decía:
Si vas a Mar de Ajó te deseo,
Que no te toque ni un solo día feo,
Y para completar tú veraneo,
Que compres deliciosos alfajores Chapaleo.
Eso era todo cantado y con música, muy lindo. También estaba el de una inmobiliaria Garín. Era todo en verso.
¿Vos naciste en San Clemente?
Si naci por esas circunstancias porque mis padres estaban en Mar de Ajó y no había todavía ni médicos ni hospitales, pero a los dos o tres días ya me vine para Mar de Ajó. Nací en 1953. Así que creo que lo conozco bastante.
¿Qué diferencias encontrás en el Mar de Ajó de antes al de ahora?
Yo creo que los mejores recuerdos que uno tiene son de la niñez, de esas pequeñas cosas uno no se las olvida nunca porque fueron momentos agradables, no tenía tantas responsabilidades. Yo tengo los mejores recuerdos de ese Mar de Ajó que fue mi niñez. Aparte teníamos muchas privaciones, cuando recibíamos algo era todo una fiesta. Televisión nosotros hasta el año 1978,1980 veíamos un solo canal, teníamos las antenas largas que vos las tenias que ir a acomodando, y era según el tiempo. Cuando vos recibías algo lo valorabas muchísimo. A veces vos tenías la plata pero no te servía de nada.
Todo era por radio, se escuchaban las novelas por radio, en ese tiempo era muy famoso Juan Moreira, Lobeto. Vos te prendías de la radio y no escuchabas a nadie.
No todos tenían radio. Antes lo que se escuchaba mucho era lo de Uruguay, canal 7 se veía muy poco.
¿Siguiendo con los medios de comunicación, llegaban diarios?
No, acá no llegaban los diarios, Lo único que teníamos era Ecos de Mar de Ajo que era una gaceta del pueblo que era muy precaria, esa colección la compró Clyfema y ahí habla mucho de las fiestas, del verano. Salió en el año 1953 más o menos.
Yo hice la escuela primaria en lo que es ahora la Nº 9, que en ese momento era la Nº 112, funcionaba en el mismo lugar que ahora. El padrino de la escuela era un buque y cuando había fiestas patrias venia toda la gente de marina, ellos desfilaban y venían con música y todo.
Después lo que se hacía muy lindo era la fiesta de la Raza para el 12 de octubre, esa fecha era antes el comienzo de la temporada porque se hacía concursos de pesca y venia mucha gente a pescar, a reservar casas para el verano. La temporada comenzaba en octubre y terminaba casi en Abril, era muchísimo más larga que ahora.
¿Qué tenían para ofrecerle al turista?
La pesca, las almejar, había gente que venía a cazar. La gente se enloquecía por la pesca.
¿Con el tema de la comunicación?
Uyy! era una odisea, había demora de 8 o 10 horas, eran unos aparatos que les dabas manija y te decían hay 8 horas de demora, no es como ahora que levantas y hablas.
Cuando había una urgencia nos manejábamos mucho con el telégrafo, por donde hubiera líneas, y las líneas quizás llegaban hasta Dolores. Pero ante una emergencia cualquiera se ofrecía llevar al enfermo.
¿Cómo se vive en Mar de Ajó la época del gobierno militar?
Había pasado un hecho medio raro en ese momento, porque el día que la derrocan a Isabel, yo había tenido una lesión en la cadera, tenía un yeso desde el pecho hasta la rodilla, estuve 6 meses así. Yo estuve haciendo el servicio militar en el Faro, estuve 14 meses, entonces el jefe del faro cuando se entera que yo estaba embromado. Me llevan al Instituto del Lisiado en Buenos Aires, eso fue en enero ahí me enyesan y después una ambulancia me trae a Mar de Ajó.
El día 26 de marzo me tenían que sacar el yeso, el mismo día que derrocan a Isabel, y en el Instituto estaban los militares y había mucho armamento, cosa que a mí me revisaban adentro del yeso para ver si tenía algo. Te podes imaginar que era tal el despiole que no me atendió nadie y me tuve que venir de nuevo.
Después me hicieron ir en abril, pero al médico que me había atendido no lo vi más, me atendieron otros que no conocía.
Al año, estaba en la playa mirando que una lancha había ido a mirar un barco que estaba dentro, yo estaba mirando, había también un par de turistas, estábamos todos mirando, cayó prefectura y nos llevó a todos presos porque decía que nosotros estábamos contrabandeando. Una cosa de locos, nos tuvieron dos o tres horas en la comisaria, nos trataban mal.
Rodeaban las manzanas de los barrios buscando algo, inclusive a algunos les encontraban armas que eran muy común tener un arma en la casa, porque se usaban para cazar.
Acá no hubo desaparecidos. Yo en ese tiempo trabaja con el tema de la arena y si hablas con Carlitos Hartig con él te puedo decir que hemos encontrado piernas de personas, brazos que tiraban al mar, hemos encontrado cantidad así, y hacíamos la denuncia para que los vinieran a buscar, no sabíamos ni quien eran ni nada, eran esos que tirabas al mar. Después a nosotros como éramos gente de trabajo no nos molestaban pero fue un momento muy duro.
¿La gente de acá cómo reaccionaba ante eso?
La gente trataba de ignorar, nadie se quería meter. Después creo que han hecho una fosa común ahí en Gral. Lavalle. No te podías meter.
¿Y cómo era el verano en esa época, venia gente?
Si, la gente venia justamente para escapar de lo que pasaba allá. También hubo mucha gente que se quedó a vivir acá, pero de veraneo venia mucha gente.
¿Cuando recordas que fue el auge en que se pobló Mar de Ajó?
Después de 1970, yo creo que cuando se mejoraron los caminos, después cuando se termino la ruta interbalnearia y empezaron a llegar más televisión, los medios. Calcula que antes se llegaba a Mar de Ajó en 8 horas. Vos no podes creer como la gente se animaba a venir a construir casitas. Venían con unas ganas, y así se fue poblando.

Anécdota
Tengo muchas cosas que me han pasado. Era todo tan común agarrar un carro con caballos, yo tenía mi abuelo en la entrada de Gral. Lavalle y por ahí íbamos un viernes agarrábamos el carrito y salimos todos como si hoy fueras hasta el centro. Acá donde está la terminal había un matadero grande donde se carneaban animales para todo lo que era La Costa y nosotros solíamos ir a ayudar ahí, y nos daban carnes, para nosotros era un orgullo todo lo que le podíamos llevar a papá que él trabajaba con la arena.
Historia del Barco La Margarita
Hay varias versiones del encallamiento de la Margarita. Muchos dicen que llego solo, otros dicen que hubo un asesinato y muchos huyeron. Y otra versión que me toca muy de cerca a mí, incluso fue publicada en varios diarios, es que en barco venia una actriz de teatro francés y mi bisabuelo que había venido de Francia a los 14 años se había radicado en Gral. Lavalle y ya se había hecho a la usanza criolla, se había hecho un paisano más, pero siempre mantuvo el idioma. Cuando se enteran que él trabajó como encargado del saladero de Gral. Lavalle. Y cuando se enteran que había encallado un barco en la costa se viene con otros paisanos a caballo a ver, muchos pensaron que eran indios. Las mujeres empiezan a llorar, entonces mi bisabuelo se mete en caballo lo más que puede y le da la bienvenida a la dama en francés, después dicen que el llanto se transformó en alegría. Eso es una tercera versión que hay, que fue muy popular. Cuál es la verdad, no sabemos.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Entrevista a Doctor José Justo Marano- Uno de los primeros medicos de Mar de Ajó


¿En qué año llegó?
Yo llegue a pescar en Abril de 1952 a Mar del Tuyu, estaba en un hostería de Crespo con mi hermano, en eso viene Reguera y contó que tenía que ir a Dolores a buscar un medico para Mar de Ajó y mi hermano me señalaba, entonces me agarró me subió al jeep y me llevó a Mar de Ajó porque yo era medico.
Empecé a atender en la farmacia de Birreci y dormía en el hotel EL Descanso. El primer caso que tuve, nunca le lo voy a olvidar, viene una señora diciendo que tenía un hijo enfermo, yo le dije que no se preocupe que se lo voy a curar y cuando lo trae, lo reviso y claro el chico era mongólico. La siento a la señora y le digo que su hijo tiene una enfermedad incurable, son chicos buenos que necesitan mucho cariño. El segundo que viene era un enfermo de lupus que tampoco se cura.
Había momentos en que atendía 4 o 5 partos por día, jamás hice una cesárea, jamás.
Un día me llaman de la estancia Duhou, porque la señora se había lastimado cerca del cuello, fui a verla y la señora me pregunta si tenía movilidad, yo le dije que recién llegaba y que aun no tenía nada. Me dice que no me preocupara que ella me fuera a mandar movilidad en seguida. ¿Qué me trajeron? Un caballo.
Al poco tiempo me llama la señora de Duhau diciéndome que me iba a mandar algo mejor, y me envía un jeep que la gente lo llamaba “la vaca”, por el color. Estaba todo destartalado pero andaba.
Me llamaban de todos lados, me iba hasta San Clemente a atender y todo esto lo hacía por la playa porque no había caminos en ese entonces.

¿Qué centros de atención había?
Yo. Había también una sala de primeros auxilios de la que fui Director, después el hospital, o sea que estaba el Dr. Masías y nadie más.

¿Cuáles eran los casos más comunes que había?
Más que nada los problemas de bronquios, asma y las mujeres con cistitis. Pero hay que tener en cuenta una cosa siempre, hacele caso al enfermo, a lo que te dice el enfermo.

¿Con que material contaban en ese momento para la atención?
No había mucho, para operar directamente los mandábamos a Madariaga o Dolores. Después había una buena partera en La Lucila.
Uno a veces piensa si valió la pena, y vas por la calle y escuchas, chau doctorcito, chau viejo, y decir, si que valió la pena.

¿Aparte de las cirugías, que otras limitaciones tenían?
De todo.

Museo de Mar de Ajó







Esta antigua sede todavía atesora en buen estado, recuerdos, fotografías y elementos antiguas que le fueron acercando familiares y amigos de pioneros. Allí se pueden ver vestimentas, cámaras de fotos, las primeras filmadoras, maquinas de escribir, entre otras piezas. También en un sector del museo se puede apreciar todo lo que corresponde a la panadería de Doña Frida, la cual se inauguró en 1939. El museo está ubicado en lebenshon 566 de Mar de Ajó.

Juan Carlos Castaño llegó a Mar de Ajó como una travesura pero el lugar lo iluminó y decidió quedarse. Allí instaló la primera imprenta.

Entrevista a Juan Carlos Castaño- Encargado del Museo de Mar de Ajó

Estoy a cargo del museo de mar de ajo desde hace dos años. Mi actividad antes de estar en el museo era encargado de prensa del concejo deliberante, debido a un problema de salud me pedí el pase y me lo concedieron siendo este un lugar que es claro a mis sentimientos.
Ustedes van a ver en el museo que son casi 73 años de historia. Allá por 1930 los habitantes de esta zona que eran hacendados, los Duhau, Ramos Mejía, Cobo, Saint Valiente, toda esa gente pudiente venia a veranear cerca del mar al estilo europeo, pero no soñaban con una ciudad balnearia.
Allá por 1931/1932 aparece un italiano de Venecia, llega a estos lugares y ve la posibilidad de hacer una gran ciudad balnearia parecida a aquellas de su Europa natal. Ese hombre era Furio Placido Springolo. Él era vendedor de autos en la Capital Federal y alternaba su trabajo de vendedor con la creación de Mar de Ajó. Antes de vendedor de autos era hacedor de pueblos. En la primera Guerra Mundial el sale prácticamente con 20 años y el gobierno de Italia lo convoca para reparar 11 comunas bombardeadas por la guerra. Aparte era meteorólogo y tenia conocimientos en la comunicación.
El comienza a caminar por estas playas buscando un lugar para hacer un pueblo, y acá se imagina ese pueblo balneario. Springolo se acerca a los dueños que son Ramos Mejía y Cobos, y les hace una propuesta, la cual es tomada y se logra a hacer un primer remate. El primer remate se hace en 1933/ 1934. Con ese remate se demuestra que era un gran negocio. Este se hace en la Avenida Leandro Alem, donde funcionaba la bolsa de trabajo en Buenos Aires. Es un éxito total la venta de los terrenos y se vende prácticamente lo que es el centro, pero no era la idea esa. La idea era un pueblo mucho más amplio. Se concentra todo desde la Avenida Libertador hasta Blanco Encalada, que son 4/5 cuadras y desde el mar hasta Francisco de las Carreras, ahí comienza a funcionar todo.
En 1936 se pierde, sigue haciendo otras tareas que son muy largas de enumerar, por ejemplo Mar de Tuyú, Las Toninas, Mar del Plata donde fallece a los 62 años por un problema de salud. El había tenido hasta ese momento un restaurant en Mar del Plata que se llamaba Pio Pio, era un éxito porque era el primer restaurant que servía pollo al espiedo en canasta y se comía con las manos. Era una novedad, y había unos bols para enjuagarse los dedos con limón para la gente.
¿En qué año se empiezan a hacer las primeras edificaciones?
En Mar de Ajó se hacen a partir del primer loteo, en el año 1933/ 1934 donde se venden los primeros lotes y se empieza a construir 25/ 30 casitas. Y esas casitas era la posibilidad de hacer el gran remate que se hace en 1937. En el museo se pueden ver las láminas que recuerda ese remate. En 1937 había una posibilidad de llegar y que hubiera unas casitas, en realidad esas casas eran de 2 meses, de verano, pero alentaba la venta.
El que edificaba el 40 % del plano se le conmutaba la deuda, o sea, si ustedes compraban un terreno en $1400, terminaba la obra y según los cálculos que había hecho la empresa le condenaba $500, y el terreno le terminaba saliendo $900.
Eso hizo que viniera mucha gente, por ejemplo Springolo trajo muchos constructores como Pirino Perini, Pedro Aranda a quien le enseño a construir, lo mando a Buenos Aires para que se recibiera de Maestro Mayor de Obras.
Springolo estaba muy a fin con la gente del automovilismo. Como era vendedor de autos estaba muy pegado con la gente del Automóvil Club Argentino y esos son los primeros turistas, la gente del automóvil club. Acá en pleno centro de Mar de Ajó hay 3 manzanas que son del Automóvil Club, en este momento queda una porque en la otra está la plaza. La gente se preguntaba, ¿Cómo el camping está en pleno centro? Porque ese no era el centro, el centro era el barrio Rocco, el Silvio. Estamos hablando del año 1933.
En la época del General Rosas, lo que hoy es ciudad de General Lavalle era puerto de Ajó. De este puerto salía y entraba la primera industria que tuvo la argentina, la venta de cuero, y también el contrabando. Los franceses habían cercado el puerto de Buenos Aires, y Rosas se veía impedido de sacar mercadería. Fue el tercer puerto de Argentina.
Hoy es una ría solamente para pescadores artesanales que es la sede de la Prefectura Naval Argentina, donde descansan los barcos y lanchas de distintos lugares.
¿Usted en qué año vino?
Yo viene n 1970, había varias cosas pero no había asfalto. Se tardaba muchas horas en llegar porque la ruta interbalnearia no existía. Se hizo en 1973/74 en el gobierno de facto. La verdadera ruta es la que está 10 km atrás.
Llegué como una travesura, primero haba ido a Mar del Plata dos o tres días, andaba en un Renault 4s, cuando entré a Mar de Ajó estaba todo el auto lleno de barro, no se veía el color. La gente me aplaudía porque me había animado a entrar. Lo primero que hice fue preguntar si había una imprenta, me cruzo con Don Justo Cammio y pregunto cómo andaría una imprenta en la zona. Este verano regrese a Bueno Aires y cuando volví definitivamente a Mar de Ajó me alquilo un local en Irigoyen 260, donde ahora hay un kiosco, y ahí pondo mi primer imprenta.
La imprenta contaba de un burro que ahora es parte del museo, una maquina Minerva a pedal eléctrica, una guillotina de 36 cm y una perforadora.
En 1982 debido a problemas familiares la vendí al quien hoy es su actual propietario. Debo decir que fue mi primer amor, porque yo soy grafico desde los 17 años.
¿En donde ejerció el periodismo?
Yo empiezo como tandero con un chico que falleció se llamaba Constantino López, hacia un programa que se llamaba “Caza, pesca y actividades afines”, iba de 7 a 9 hs, hablaba de las mareas, de los piques, de los concursos de pesca y yo era el tandero. El tandero era el que leía la publicidad, eran unas carpetitas que se iban leyendo publicidad por publicidad mientras el locutor hablaba. Por esas cosas me desligo de Tino López y armo un programa que se llamó “Con bastos y en cimeras”. Hablaba de la gente de campo, de ropa, de cosas educativas, los caballos pero duro muy poco tiempo. Los dueños de la radio eran Omar Maurin junto a Ricardo Jiménez y Alberto Moretti, era Radio de La Costa que en aquella época era en circuito cerrado, era un parlantito de 20 x 30, lo único que tenía era un potenciómetro para subir y bajar el volumen y apagar. No se podía cambiar de emisora, ahí terminaba. Esto era en 1983.
Cobos y Ramos Mejia eran los dueños de estas tierras.
¿De dónde venía el Sr. Cobos?
Esta tierra fue donada a general Lavalle cuando este saca a los indios de acá, fue una batalla de 1.500 indios. Acá había un crisol de aborígenes, acá se refugia la hacienda Baguala, porque como es médanos y cangrejales no había manera de encontrar un lugar estable, salvo en Lavalle que había Guaraní. También había araucanos que venían a buscar comida, porque teníamos vacas, caballos, pumas, ciervo de los pantanos, etc. Esos aborígenes que deambulaban por acá fueron sacados por Rosas, Cenillosa y Lavalle, que va desde la Bahía de Samborombón hasta la laguna de Mar Chiquita, son muchas hectáreas. Lavalle se lo regala a su hermana que lo pone como dote. Ella se llamaba Josefa Lavalle, quien se casa con Saint Valiente y tiene 2 hijos. Al poco tiempo él muere y ella se casa en segundas nupcias con Don José Francisco Cobos. Tienen 11 hijos y el primogénito es Rafael, el dueño de todo esto.
Ahí viene la herencia. Rafael Cobos tiene 3 hijas y una de ellas se casa con Isaías Ramos Mejia, y ahí hereda la otra porción de terreno. Esto en realidad (el área en donde se encuentra el museo) es el fondo de la estancia el Centinela. Este lugar donde nosotros estamos es el potrero 18 de la Estancia. Ahí viene lo de Cobos, y Springolo le vende la idea a Ramos Mejia y Cobos hace el loteo.
El plano lo hacen los hermanos de Martínez de Hoz. El plano gira alrededor de la Margarita.
En 1935 viene José Manresa, un vasco Francés que va al Chaco a trabajar, viene buscando a un hermano. Manresa se accidenta un ojo y el patrón lo manda a Buenos Aires para que se cure y le dice si quiere ir a trabajar para estos lados. Es por eso que viene y comienza a construir chalet.
¿En qué año fue la explosión del turismo?
Yo digo que esto se hizo a la sombra del turismo. Springolo vendía automóviles, se conecto con la gente del Automóvil Club Argentino y trajo las primeras caravanas de turistas en aquellos autos, en 1929 y forman hileras de carpas asistidos por el automóvil.
Eso fue las avanzadas de lo que fue el turismo.
¿Qué le ofrecía Mar de Ajó al turista?
Lo que ofrecía en líneas generales era playa, pesca y tranquilidad, otra cosa no había. El bum para nosotros fue a partir de 1972/ 1973 cuando se hace la ruta interbalnearia. Mucha gente no venia porque había que entrar por Chascomús hacer caso 100 Km. y si llegaba a llover no llegabas más, o se quedaban encajados. Había privaciones, no había gas, querosene porque no entraban los camiones, entonces que ofrecía? Aventura, había que quererlo mucho a Mar de Ajó para querer atreverse a venir. Pero para mí el bum se desato cuando se construyó la ruta interbalnearia.

martes, 1 de julio de 2008

Entrevista a Alfonso Catulo, fundador Bomberos Voluntarios Mar de Ajó

MATERIAL EN CRUDO
Alfonso Catulo
Tiene que existir la historia de los pueblos, se tiene que recordar permanentemente. Quien no recuerda el pasado, para mí, no tiene futuro, porque el futuro es justamente el pasado y el presente. Un poco en Bomberos se trató de inculcar todo esto y no se ha perdido porque inclusive a veces nos invitan, y le damos una charla a los chicos, a los más pequeños que no saben qué tenían los Bomberos hace 30 o 40 años, cuándo se iniciaron, cómo apagábamos los incendios, qué elementos teníamos.
Hoy se les hace mucho más fácil, tienen unas autobombas que se meten en el medio de los campos con palas, látigos y sino con una bolsa a apagar el incendio, hoy es diferente tienen equipos de cuatro por cuatro…

¿Hace cuánto que está en la localidad de Mar de Ajó?
Yo vine en el año 65, ya hace 43 años.

¿Cómo fue que llegó a Mar de Ajó?
El tema mío fue que yo nací en Arrecife, un pueblo del norte de la provincia de Buenos Aires, me crié en el campo, un día se terminó el campo, tuvimos que irnos al pueblo. Mi padre era un hombre bastante preparado, llevaba libros y esas cosas, yo no sabía que correr, andar en bicicleta, jugar al fútbol y lo que era la siembra, no tenía otros elementos para encarar el medio de vida en una ciudad, pero empecé trabajando como peón de albañil, con una cosa y otra, hasta que entré a la usina que era municipal, ahí hice una rápida carrera porque me interesó muchísimo, me gustó, me empecé a comprar libros, empecé a estudiar, a practicar y en cuatro años ya era jefe de mantenimiento y a los diez años ya era jefe de máquinas. Pero resulta que en toda la provincia ha ocurrido lo mismo, la empresa de la provincia DEBA, que en esa época era DEMBA, empezó a llevar energía a las ciudades, hizo líneas en toda la provincia y empezó a vender la energía a las cooperativas, al ocurrir ese fenómeno los motores se pararon y por supuesto, yo me quedé sin trabajo. Así que estaba sin trabajo y una conexión muy, muy, rara y muy oportuna entre un hombre que tenía un chalet en la Lucila y don Lorenzo Basso, que fue uno de los pioneros de Mar de Ajó, que era del directorio de CLYFEMA. Se había ahogado el jefe de máquinas de acá, en el verano se fue a bañar y se ahogó, y le encargó a un amigo de él, de Basso, a ver si sabía de algún jefe de máquinas y dice que ese hombre, que recuerdo el apellido, un tal Pompey de la Lucila del Mar que tenía un chalet, tenía un amigo que era justamente un montador de usinas, que andaba en casi todas las usinas. Así que habló con él, y éste era amigo de un ingeniero Sexto Fernández, que yo le había pedido trabajo, entonces le dice que en Arrecife Catulo se ha quedado sin trabajo, él a lo mejor puede aceptar, así que viajó a Arrecife, yo ese día había viajado a la provincia de Santa Fe buscando trabajo, cuando llegue a mi casa, mi señora me dice hay un señor, te está esperando en el Hotel Jockey Club, que quiere hablar con vos y ahí tuve el trabajo.
Hablamos a las seis de la tarde, a las ocho de la noche ya estaba arriba de un micro a Buenos Aires, vine a hablar con el presidente del directorio que era San Miguel, y me dijo que si me interesaba, viniera a ver las torres. Así que me tomé el expreso Buenos Aires. Tenía 35 años cuando vine para acá, tenía cuatro hijos y sin trabajo.
Me dieron vivienda, digamos estuve un tiempo a prueba, me prometieron que cuando pasaran tres meses, si me quedaba, me arreglaban la vivienda a las necesidades de mi familia, así que todo anduvo muy bien, y así fue, me arreglaron la vivienda, me la ampliaron y vivía dentro de la usina.

¿En qué consistía esto de ser jefe de máquinas? ¿Cuál era la actividad que realizaba?
La actividad mantener el funcionamiento correcto de los cinco o seis motores que había, esa es la función que cumple un jefe de máquinas, a su vez, es mantener todo el servicio de máquinas y el personal, el mantenimiento, el historial que se llevaban cuadernos y planillas donde se asentaba todo el mantenimiento que se le hacia a una determinada máquina, con eso sabíamos que a una máquina le habíamos cambiado algo, le habíamos ajustado los cojinetes o le habíamos cambiado el aceite en tal fecha. Eso era todo lo que yo tenía como responsabilidad y, además como esta cooperativa era una época en donde no sobraba nada, trataba de aprovechar mi experiencia y colaborar en otras cosas, como ser Obras Sanitarias. Yo trabaje mucho también en la obra sanitaria cuando se hicieron las cloacas.

¿Cómo era Mar de Ajó en ese momento?
El día que yo llegué acá, venía sentado con un señor, desde Buenos Aires hasta acá, y me preguntó si venía de paseo y le digo que no, que voy por un trabajo, y el me dice hay trabajo de construcción y eso pero usted no va a venir a la construcción, entonces yo le digo que voy a trabajar en CLYFEMA, en qué me dice, en CLYFEMA la cooperativa eléctrica, y él dice son todos una manga de sinvergüenzas, no se meta ahí. Eso me lo dijo a mitad de camino.
Yo venía de un lugar que hacía diez años teníamos luz de mercurio en las calles, pavimento de prácticamente cuando yo nací aprendí a caminar sobre el pavimento de las calles de Arrecife. Toda la zona norte de la provincia y también la parte del sur, estaba mucho más adelantado que esto. Yo dije siempre, llegó allá cuando doblamos en Pavón porque veníamos por aquel camino, me dice el señor ve aquella luz allá, era una luz chiquita, ahí está Mar de Ajó, nos íbamos acercando y yo esperaba ver una ciudad, las calles iluminadas, como era mi pueblo y todos los pueblos del interior.
Yo me tendría que haber tomado el próximo colectivo de vuelta, lo más lindo del caso es que yo lo digo con toda honestidad, yo no conocía el mar, entonces cuando me bajé del Expreso Buenos Aires, me bajé donde están hoy los remises ahí en la Diagonal e Irigoyen. Entonces yo pregunté cuál era el centro y me dijeron ahí en la esquina, ese es el centro. Las lamparitas chiquitas colgadas de los palos, no había luz, le pregunté a un señor por dónde pasaba el tren, y me dijo “no, acá no hay tren”, cómo y ese ruido, ese ruido es el mar me dice. Yo no lo había escuchado al mar, era un desastre. Creo que en la calle principal había una cuadra con tres lámparas de mercurio y nada más, en Irigoyen entre Espora y Azopardo.
Autos, yo digo siempre, ahora que estamos plagados de autos, cuando estaban estacionados había tres en la calle principal, de Birreci, Foto Marcos y Molinari. La gente no tenía más autos ahí. Había muy poca gente, creo que en total con San Bernardo 1.200 o 1.600. Pero era lindo, nos conocíamos todos. El otro día comentábamos con otra persona justamente esto, lo que había sucedido a través de los años, era mucho más familiar esto, había uno enfermo y estábamos todos pendientes de cómo podíamos ayudar.
Ahora hay veces que voy al cementerio que hay gente olvidada del pueblo, que hicieron mucho por el pueblo pero que uno ni se enteró cuándo fallecieron. Ha cambiado totalmente todo.

¿Usted recuerda a alguno de los pobladores?
Si, muchos como ser la familia Birreci, Molinari que era un hombre que tenía electricidad, Bocacci, Gamari, los Camio que inclusive tuvieron La Perla, después todas familias tradicionales, los Dávila que eran gente nacida acá, los Minjoulou, los Mártires, Vardaro, toda esa gente era estable cuando yo vine y muchísimos más. En San Bernardo había menos, nosotros le decíamos como para cargarlos a los de San Bernardo cementerio con luz, ir a las diez de la noche a San Bernardo era prácticamente entrar un cementerio, no había nadie, no se movía nadie, no había un boliche porque antes no se usaban y si había alguno, estaba en Mar de Ajó Norte. San Bernardo al principio los corría, después no los pudo correr nunca más.

¿Qué actividades hacían en Mar de Ajó para divertirse?
Jugábamos al fútbol, algún encuentro, estaba el club social pero tampoco organizaba nada, era más un centro para juegos, reunirse a jugar a las cartas estaba el centro español, pero no había más que eso. Después la fiesta del 12 de octubre, que era lo máximo acá, porque inclusive venía cualquier cantidad de gente pero en esa época había mucha pesca, y el 12 de octubre se hacían concursos por la corvina, entonces llovía torrencialmente los caminos de barro y llegaban igual. La gente espectacular, a veces se enojaban, un día nos habíamos parado frente a CLYFEMA y una cuadra más adelante empezaba el pavimento pero hasta ahí era todo tierra y barro, y venían los autos de costado, el que no colgaba el paragolpe, colgaba el caño de escape. La mayoría se reía y nosotros los aplaudíamos, y pasó uno y nos insultó, dijo que hiciéramos el camino. Era así, venía la gente, eran fechas claves los carnavales, esos tres días se llenaba de gente. Pescaban, en el carnaval todavía se podían bañar porque era en marzo, pescar, juntar almejas, acá era una riqueza incalculable, nadie sabe lo que se ha perdido, porque no quieren confirmar lo que sucedió con La Costa.
Yo tengo una tesis, que se la he dicho a varios, que para mí la arena de esta costa se contaminó con el agua del Río de la Plata, que arrastró por muchos años de los arroyos y ríos del norte, inclusive de mi Arrecife porque yo en allí lo comprobé, arrastraban los herbicidas que se le aplicaban a las cosechas, iban a parar al arroyo, el río y del Río de la Plata, acá a La Costa. Lo digo porque si los camalotes que se arrancaban en el Paraná, un año llegaban acá trayendo miles de víboras a la playa, cómo no van a traer el herbicida. Si allá en mi pueblo en el río pasaban los pescados muertos. Era una cadena, se fumigaron para matar una oruga, que es la que le comía la semilla al lino, a la soja, al maíz; esa oruga caía, se la comían las perdices, los chimangos, las lechuzas y morían envenenadas caían al arroyo, al río y de ahí… Fueron unos años terribles, inclusive en aquella zona se originó el famoso mal de los rastrojos, es una enfermedad que se la adjudican a Junín pero hay un pueblito cerca de ahí que el O’Higgings, ahí fueron los primeros casos del mal de rastrojos, una enfermedad terrible, la han controlado pero mató muchísima gente y era una rata blanca que se criaba justamente en el maíz y la gente al tomar contacto por donde había estado ella, le producía una fiebre altísima y reventaban. Eso no llegó acá.

¿Cómo surgió la idea de crear un Cuartel de Bomberos en Mar de Ajó?
Casi siguiendo con lo que estoy narrando, el tema era que esto crecía pero cada vez demandaba más. Un poco la historia mía, es que yo en Arrecife 26 veces di sangre, porque estaba anotado en el banco del hospital y de vez en cuando me llamaban para poner sangre en el banco. Es un orgullo para mí decir que 26 veces doné sangre, a mí madre le di dos veces. Era como que yo había estado en un lugar donde todos éramos solidarios y todos aportábamos algo, y acá yo encontré un poco más de indiferencia en muchísima gente en esa época, entonces yo decía cómo puede ser que no tengamos cómo ayudar a esa gente que no puede ir a Madariaga a hacerse atender o a tener un parto. Cuando había un parto acá y llovía, era una odisea, cuánta gente se le murió las criaturas o corrieron riesgo las madres.
Cuando yo pedí los elementos, me consultó la gente del consejo y yo les dije que si compraban un autobomba, mejor porque nos iba a servir para los fines que yo les pedía, que eran la sala de máquinas y la usina, y a su vez, si había algún incendio en el pueblo podíamos acudir con ella. La idea cuajó rápidamente con San Bernardo, inclusive creo que San Bernardo puso algún dinero, también la cooperativa CESOP, se compró el autobomba. Por esas razones de la jefatura que yo tenía, yo estaba pescando a la una y media de la tarde en el mar y me fueron a buscar para que recibiera el autobomba que la habían traído. Ahí más o menos me organice con la gente que trabajaba conmigo en CLYFEMA, íbamos ya teniendo un panorama que eso no podía ser algo de CLYFEMA sino que tenía que ser otra cosa independiente.
Me costó mucho, discutí muchísimo, peleas y peleas, porque yo insistía que no quería que fuera un apéndice de CLYFEMA, tenía que ser un cuerpo de bomberos, me autorizaron a que tomara voluntarios que ya no eran de los que trabajan en la cooperativa y ahí formé el primer cuerpo activo, que están las fotos en el cuartel. Y de ahí en adelante yo no me quedo con que tengo gente para apagar incendios, yo me pongo a trabajar sobre el problema, yo y los que estaban conmigo porque siempre digo lo mismo, el más inexperto algo dejó dentro del cuartel, todos colaboraron. En principio éramos 17, ya han fallecido varios.
¿En qué se basó para elegir a los hombres que formaron el cuerpo de bomberos?
Yo en Arrecife había intervenido, porque vuelvo a repetir en Arrecife yo trataba de estar siempre donde había que colaborar.

¿Pero tenían algún tipo de preparación?
No, nada. Tuvieron que aprender y aprendieron rápidamente. En principio, si una manguera en vez de atacar el fuego donde se debe, ataca de costado tardará quince más en apagarlo, pero se apaga. El tema era otro, llegar al incendio cuando era un principio de incendio y no cuando es un incendio declarado, que ese fue el éxito mayor que tuvo Bomberos durante casi toda la existencia, se sale tan rápido que no se deja generar el incendio declarado que es más difícil de apagarlo. Ahí no solamente eso, porque tuvimos algunos incendios. El cuerpo va a cumplir 40 años ahora, pero yo tengo 41 como bombero, porque un año antes ya tenía yo esa gente que mencionaba antes y atacamos dos o tres incendios, que inclusive, siempre contamos que el incendio de La Margarita me costó, en esa época tener un pantalón y una camisa “Lavilisto” era casi un lujo, y yo andaba paseando bien vestido y con eso fui a apagar el incendio y encima casi me caigo de arriba del techo.
Entonces yo miraba el tema de las ambulancias que era terrible acá, tenía una en la sociedad de fomento que no funcionaba, era mala, y comencé a pedir un vehículo que tenía la usina con una cabina cerrada atrás y ahí empezamos a trabajar, se hicieron unos cuantos traslados. A raíz de eso, que dependíamos de Lavalle, el intendente de Lavalle recibe una ambulancia 0 kilómetro y la gente se peleaba, en San Clemente, Santa Teresita, la sociedad de fomento de acá y el intendente dijo o se la doy a los bomberos voluntarios de Mar de Ajó o la devuelvo, lo autorizaron y un día vino, y en el patio de la usina nos entregó la ambulancia y yo le presenté el primer cuerpo activo. De ahí en adelante Bomberos empezó a solucionar una falencia terrorífica porque acá se murió gente por falta de atención, no había médicos. A su vez, se incrementó la cantidad de gente y se incrementaron los accidentes, nosotros trabajamos horas y horas al lado de los doctores.

Accidentes, ¿de qué tipo?
Automovilísticos, en ese camino de tierra, en la playa porque antes se circulaba por la playa, no había camino. Un año hubo una inundación, hicimos una caravana con doble tracción y fuimos a buscar alimentos a San Clemente. Ese tema empezó a, si bien a mí me estaba dando una satisfacción, también estaba prestigiando a Bomberos, es así que hoy, se lo dije la otra vez a Juan De Jesús cuando todavía era intendente, él me dijo que ahora teníamos un montón de ambulancias, y yo le dije si doctor pero siguen llamando a Bomberos, y si dijo, porque saben que Bomberos siempre está.
Bomberos está rápidamente y además tiene su preparación, Bomberos está preparado para atender, inclusive partos.
Con la gente que hemos hablado, nos han dicho que se sienten seguros con el cuartel de Bomberos de Mar de Ajó, que trabaja muy bien.
El Dr. Berteloti siempre me carga cuando me encuentra, me dice “che Catulo prepárate que vamos a atender un parto”, porque una noche hicimos un parto en medio de un campo, entre los yuyales, en una choza con él, es una anécdota. Llegamos, lo vino a buscar, a las diez de la noche había salido del medio del campo, estaba cazando nutrias, salió del campo a caballo, vino acá, le avisó al doctor que la mujer estaba por tener familia, el doctor no avisó a nosotros y salimos a las dos de la mañana. Fuimos por donde nos indicaba el hombre que iba con nosotros, hasta que llegamos hasta que llegamos a una laguna, no pudimos avanzar más, nos bajamos y empezamos a caminar. Por ahí nos dice el hombre que tengamos cuidado que había puesto trampas, el doctor me cargaba, me decía que fuera adelante porque tenía botas. Llegamos había una chocita de paja, de dos por dos, un chiquito en la puerta muerto de frío y entramos con las pocas luces que teníamos, con unas linternas que no alumbraban nada, la señora en el suelo, le cortamos el cordón umbilical con el doctor y me dijo que me hiciera cargo del chiquito, el bebé estaba casi muerto, no podía llorar, yo lo envolví bien, me desprendí el saco de cuero, hacía un frío bárbaro, lo puse abajo del saco de cuero y salimos otra vez para la ambulancia, cuando llegamos ya el chiquito quería llorar, vinimos y fuimos a la sala de primeros auxilios, que estaba donde está el museo ahora, había que ir a buscar a Noemí Quintana, que era la que tenía la llave, para que abriera la sala para poder entrar, y a Cremonte, un hombre que tenía un negocio frente a Sueños del Mar (por Irigoyen). Se lo doy a la enfermera y terminamos nuestra misión de dejarlo, yo le digo al doctor cuando lo llevaba de vuelta a la casa, “doctor ese chiquito se tiene que morir”, él me dijo que podía haber una excepción, yo le pregunté si había visto cómo estaba, de desperdicios (la casa), a la miseria, él me dijo que si, que era peligroso. Como a los tres o cuatro días tenemos un incendio, lo veo y le pregunto que había pasado con el chiquito y me dijo “vos no te imaginas la preciosura de criatura que es, ya se fueron estuvieron tres días, cuando lo bañaron y le pusieron la ropita, una preciosura”. Y él se acuerda de eso siempre.
Pero nosotros habíamos hecho el curso completo, no fue el único parto que atendimos y ese fue con el doctor, y otras veces sin doctor arriba de la ambulancia porque salíamos volando para Madariaga o Dolores y a veces no podíamos llegar por el barro. Pero hicimos los cursos completos, mostraron con una pelvis de un animal cómo se acomodaba la criatura para nacer, cómo teníamos que poner los dedos para tirar de la cabeza, qué tracción teníamos que hacer, aprendimos todo.

¿Dónde hacían los cursos?
En Bomberos, los médicos iban a darlo, iba Marano, Berteloti, Albertengo, entre otros, fueron mucho tiempo. De esa manera, Bomberos vino a cubrir una falencia grave que había en cuanto a la salud, y yo como siempre tuve temperamento fuerte, sé escuchar pero también me sé hacer escuchar. El tema de los médicos se desligaban rápidamente, una noche había una persona que había tenido un problema, lo sacamos prácticamente de la muerte, haciéndole respiración, controlándolo y el médico en la sala de primeros auxilios nos dio la orden para que lo lleváramos para Madariaga y yo le dije por qué no nos acompañaba, me dijo que no, que estaba loco…
… Entonces luchando de esa manera, llegó a un grado de calidad en cuanto a las atenciones que hoy se mantiene. Esto comienza con la educación que tiene que tener el bombero, yo a veces doy alguna charla y sino voy, se reúnen alrededor mío y empiezo a hablar. Yo les digo que el bombero está en una vidriera, si yo llevo arriba de la autobomba un bombero chorro, va a ser criticado Bomberos, no puedo llevarlo. Y les citó como ejemplo, yo eché a un bombero porque le pegó una cachetada a la novia en un baile, al otro día me lo dijeron, lo llamé y le dije. Así pasaron muchos.

¿Cuáles eran los hechos más comunes que atendían?
Incendios, accidentes domiciliarios, domésticos, las estufas con las que siempre había problemas, mucha gente se accidentaba en las obras, caían de un cuarto o un quinto piso, hubo gente que se salvó, otros que se murieron pero hubo muchos casos. Autos encajados en la playa y después, lo más triste que nos tocó fue cuando levantamos los cadáveres, los que arrojaban al mar.

¿Cómo trataban ese tema en Mar de Ajó?
Lo trataron como lo trataban en todo el país. Primero a nosotros nos dijeron que había naufragado un barco y que eran náufragos. Entonces a mío se me ocurrió preguntarle al oficial de policía que estaba a cargo acá, le digo “cómo va a naufragar si tienen hasta las manos atadas y capucha”. Catulo mirá, dice, trata de levantarlos, después vemos qué hacemos, no preguntes nada de eso, ni yo sé.
Inclusive yo tenía dos cuñados militares y me dijeron “no preguntes, no digas nada, cumplí con tu tarea”. Esto fue terrible, chicas jovencitas con golpes en la nuca, las piernas quebradas, le faltaban los pechos.

¿Y la gente de acá no preguntaba nada?
Nadie se metía, esa época era brava. Acá no había comisaría, había destacamento, Andina era el que estaba en ese momento, Bertelotti, era médico de policía.

¿Qué hacían con los cuerpos?
Eso no lo sabíamos. En principio, los llevábamos a la sala de primeros auxilios. En una oportunidad, se habían juntados tres, si bien es cierto que cuando salían del agua no tenían olor, cuando tomaban aire afuera, era terrorífico. Así que alrededor de la sala de primeros auxilios era terrible el olor que había, hubo quejas.
Un día, la Policía cargó cuerpos en su ambulancia, vinieron a buscar a Bomberos un chofer porque los policías no querían ir. Fue Alberto, mi hijo, con la cabeza afuera porque adentro no se podía respirar. Entonces un día me llamaron a mí a Santa Teresita, a la comisaría, estaba el intendente que no recuerdo quién era, eran los primeros años del Partido, y el comisario. Me dijeron que de ahí en adelante nosotros no levantábamos más los cadáveres, que cuando nos llamaran, le avisáramos a la Policía y que custodiáramos el cadáver para que no lo levantaran. De ahí, iba a ir un camión municipal y los teníamos que poner ahí. Con los últimos hicimos eso.

¿Cuál era el problema con los vecinos?
Se quejaban por el olor, porque a las dos o tres horas no se podía pasar por la esquina, era terrible. En la sala de primeros auxilios no atendían a nadie cuando estaban los cuerpos, la gente no se acercaba.

¿Cómo fue el progreso del destacamento?
Es muy especial, porque creo que ningún cuerpo de Bomberos en la provincia de Buenos Aires progresó con la rapidez que lo hice éste. Se logró organizar de tal manera que se empezó a contar con fondos propios.
Cuando se independiza de Clyfema, que yo logro sacarlo de Clyfema, se forma la comisión y se funda Bomberos, el 15 de agosto del 68. Ahí ya tiene su patrimonio propio y empieza a aportar el pueblo a través de la luz. Se empezaron a hacer rifas, que las vendíamos nosotros porque eran chicas, y con eso se fue progresando.
Yo siempre insistía que cuando Bomberos necesite una autobomba, tiene que tener dos, cuando necesite dos, tiene que tener cuatro. Entonces medio que los cargoseamos un poco a los de la comisión con ese tema y se fue equipando. Además, nosotros como cuerpo activo rechazamos la ropa de gala varias veces para que no invirtieran plata que podían invertir en mangueras. A veces nos costó un mal trago porque una vez estábamos en un cuartel vecino con nuestras pilchas muy modernas, y habíamos comprado un autoelevador, que lo tuvieron hasta hace muy poco, entonces los bomberos que estaban en la mesa, escucharon a otro que dijo mejor que comprar tanto autoelevador, que les compren ropa”. Yo digo que no se va a apagar el incendio con ropa de gala, uno va defendido por el equipo.
Se fueron organizando, tuvimos problemas con una comisión, echamos a una comisión. Cuando se querían desviar un poquito, estaba el cuerpo activo. Estuvimos a punto de ser puestos presos porque no aflojábamos; habían puesto gente de Buenos Aires en la comisión, qué sucede con ellos, cuando venían una vez por año estaban en las reuniones y sino el gerente de Bomberos, iba a Buenos Aires y hacía las reuniones allá. El día que yo me enteré que habían resuelto algo en Buenos Aires, ahí me enojé, y ahí le planteamos que esto no podía ser así, que no podía seguir.

¿Quién había designado la comisión?
Ellos mismos (Clyfema). Un día me dijeron que buscara gente, y yo empecé a buscar gente de trabajo, que yo sabía que iban a responder y cuando les traje la lista, el gerente tachaba con una fibra. Yo le dije que nunca más le buscaba gente. La cuestión es que de ahí empezamos a corregir. Yo pedía una autobomba, fui a Madariaga, pedí un presupuesto en la Ford, pedí presupuesto en Buenos Aires de cuánto costaba equipar el vehículo y salía 2.700.000 en esa época. Entonces me dijeron que no tenían plata, pero un día yo vi arriba de un escritorio un resumen de cuenta del Banco Provincia y había cinco millones. Terminaron pagando cuatro millones y pico la autobomba, pero la compraron. Y ahí empezó la cadena y no paró más.
Últimamente estas comisiones que se han sucedido modernizaron toda la flota. Tienen unos equipos que yo no me imagino apagando un incendio con eso, es una belleza. Nosotros teníamos la famosa “Chirolita”, también tuve que pelear para que no se vendiera porque la querían vender, hoy está como una reliquia. Nosotros la bautizamos “Chirolita”. En estos momentos está organizado todo, espero que no vayan a tener ningún traspié.
Hubo cláusulas que se instalaron desde un principio, que no se han abandonado, se respeta muchísimo la honradez, el sacrificio –que hay que hacérselo ver porque no es sólo algo escrito en una pared-, la abnegación, el desinterés. Hay que saber porque tienen que ser de esa manera los bomberos, y eso lleva a que si el cuerpo activo tiene éxito, a la comisión se le simplifican mucho las cosas. Una comisión que tiene que luchar contra un cuerpo activo, más las finanzas, no va a ningún lado.

¿“Chirolita” es la primera unidad?
Si, es la primera autobomba. Se compró con la colaboración de San Bernardo, de Cesop, fue un trato de las dos cooperativas. Al principio había mucha gente de San Bernardo que venía, cuando recién se inició, después se alejaron, y ahora por supuesto como hay un destacamento…
El método de los Bomberos de Mar de Ajó se ha querido instalar en infinidad de lugares, con el aporte en la luz, y no han podido. Ahora es muy poco porque yo gasto 120 o 130 pesos de luz y pago un peso y pico a Bomberos, casi nada, más se llevan los impuestos que ponen.
Tienen una institución que es verdaderamente un orgullo, yo no lo digo por jactarme de nada, sino porque yo conozco otros lugares, y es un orgullo tener un cuerpo de Bomberos como el que tiene Mar de Ajó y gratuito, porque acá no hay bomberos pagos como en otros lados.

¿Cómo cree que fue evolucionando Mar de Ajó?
No paró nunca, con altibajos, relacionados con los temas económicos del país. Cuando hubo una determinada cantidad de dinero que se invirtió en La Costa, acá se invirtió el 90 % en San Bernardo, ahí explotó San Bernardo. Porque cuando nosotros vinimos acá el edificio más alto que había en San Bernardo, era uno acá en la entrada que había hecho Tescari y el Chiavari, no había más. Para mí, dicho en criollo, ahora es una porquería ese tipo de edificación, para eso me voy a vivir a Buenos Aires, por qué no aprovechar tanto terreno que hay y abrirse. Por eso me gustan las disposiciones que tiene el Barrio San Rafael.
A Bomberos la Municipalidad le donó tres o cuatro terrenos frente a la plaza, y no dejaron poner ahí Bomberos, buscaron otro terreno, lo compraron y ahí funciona ahora. Después con la ayuda de la Municipalidad, pudieron vender los otros terrenos.

¿Encuentra alguna diferencia en el servicio que brindaba Bomberos antes con el de ahora?
No, porque es muy probable que en cierto modo estén más perfeccionados, no todos, pero muchos sí, porque han tenido más acceso a materiales ultra modernos, cosa que no teníamos nosotros. En ese aspecto están mucho más avanzados que en nuestra época, nosotros lo hacíamos todo a pulmón, además no sabíamos nada de Bomberos, tuvimos que leer el famoso libro Calfú, un libro que no sé en qué año fue editado pero estaba toda la trayectoria de cómo debe ser un bombero, atacar los diferentes fuegos, cuáles son los elementos combustibles, cuáles son los materiales más eficaces para apagar distintos tipos de incendios. De ahí aprendimos mucho, yendo también a otros cuerpos de bomberos, hablando con la gente, si sonaba la sirena yo estaba en Arrecife, allá iba. Con Madariaga teníamos mucho contacto, que eran más antiguos que nosotros.

Con respecto a los medios de comunicación, ¿cómo era, había radios locales, cómo se informaban?
Había teléfono, pero el teléfono local podía ser que lo atendieran en media hora, pero el teléfono para afuera era más o menos en seis horas. Yo en una oportunidad tenía a mi madre muy mal en Arrecife y con toda la buena voluntad estuve cuatro horas sentado en la telefónica para poder hablar. Tampoco había muchos teléfonos, tenían las instituciones, algún doctor, Clyfema, Bomberos puso teléfono pero se manejaba con Clyfema, como estaba al lado.
La primera sirena que tuvimos fue la que hice yo, que está a la entrada de Bomberos. Que se puso en el 69 más o menos, la pusimos arriba del techo.
Y han pasado varios años, no creí nunca que iba a tener el éxito que tuvo Bomberos, sabía que iban bien, me preocupé siempre estando en Bomberos y no estando, me preocupé y me preocupo para que sigan las cosas bien.

¿Qué fue lo que más lo marcó en Bomberos?
El tema de los accidentes, las muertes, esas chicas y chicos que sacamos del mar, todo eso para mi fue muy triste, un accidente una vez en una ruta, venían en una camioneta y traían al nene de dos años atrás, venía apurado porque tenía que hacer el asado, volcó y mató al nene, levantar una criatura para mí es una cosa que no… Después otra noche con mi hijo fuimos cerca de Pavón, habían encontrado un nenito recién nacido. Todas esas cosas me marcaron. Después me marcó mucho el tema de la poca atención médica, yo no podía concebir, yo discutía, peleaba, cómo podía ser que no se solucionara ese problema, cómo podía ser que no le pavimentaran un camino a Mar de Ajó para que pudieran salir con los enfermos. Un día había una señora que estaba para tener familia, la atendía Marano y la partera que vivía donde está Turnaturi, frente a Clyfema, fueron pasando los días y la señora tenía dolores de parto pero no nacía la criatura, cuando le llegó el agua al cuello, recurrieron a Bomberos. Había llovido, y acá todos los partos se producían cuando llovía, hay que llevarlo urgente a Madariaga, cómo hacemos. El camino prácticamente estaba cortado para ir a Madariaga, entonces yo dije que hicieran lo siguiente que fueran dos en el baqueano doble tracción que nos habían donado y yo fui en la ambulancia con el hombre, la señora y otro bombero. Salimos por el camino, era la una y media de la tarde, a las seis de la tarde estábamos a la mitad del camino y encajados los dos autos, como el baqueano tenía doble tracción yo dije de dejar la ambulancia porque si insistíamos con la ambulancia no íbamos a llegar, pasamos la camilla al baqueano. Se hizo de noche, se tapaban los faroles, había que parar y se bajaba uno a limpiarlos, la mujer que gritaba, el hombre nos pedía que nos apuráramos. A las ocho de la noche, cuando yo pisé el pavimento en la entrada de Madariaga hice de cuenta que me había sacado la lotería, fue una reacción de alegría porque yo creí que no llegábamos con esa mujer. La dejamos y nos volvimos.